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Viviendo en el pasado 👈 Añoraba la gran vida de la ciudad con sus luces, la televisión e Internet; los restaurantes, cines y bares.

"Viviendo en el Pasado" es un relato que oscila entre la nostalgia y la adaptación a los cambios. El escritor colombiano Jair Nieto nos cuenta sobre la vida de un joven prometedor cuyo destino se ve alterado por malas decisiones y circunstancias inesperadas. Desde su vida como estudiante ejemplar hasta su desventurado destino como ladrón de bancos, el relato sigue sus pasos mientras lucha por encontrar su lugar en el mundo. Con giros inesperados y una narrativa emotiva, esta historia nos invita a reflexionar sobre las decisiones que tomamos y el impacto que pueden tener en nuestro futuro.

Viviendo en el pasado

El joven era buen estudiante y sus padres estaban orgullosos de él. Vivian en una ciudad intermedia muy agradable y la vida de ellos era buena.

Después de salir del colegio en la tarde, empezó a frecuentar malas amistades y su rendimiento escolar bajó. Esto motivó a su padre, para que, en una mala decisión, lo enviara a prestar el servicio militar.

Ya como soldado era perezoso y mal compañero. Se daba mañas para conseguir vicio y escapar del cuartel. Una noche estando de centinela llovía a cántaros. El sueño lo embargaba. Estando medio dormido sintió un ruido y asustado desaseguró el fusil y salió en medio de la lluvia, se resbaló, disparándose su arma, impactándole en un pierna. Fue dado de baja con una indemnización que pronto se fue de sus manos y quedó en la calle, arrastrando una pierna y el estigma de ser un cojo.

Cuando pasaba los peores momentos, recibió una carta de una tía, hermana de su mamá, donde le regalaba una gran cantidad de tierra cultivable en una provincia segura, y muy lejana.

Confirmó bien donde quedaba, recibió la escritura a su nombre y decidió salir para allá. Cuando estaba por hacerlo, se encontró con un "lanza", antiguo compañero del ejército, quien le dijo que tenía un plan para robar el banco de un pueblo cercano. Así lo hicieron y lograron llevarse un montón de dinero. Su compañero resultó muerto en la escapada, y así solo, logró huir sin que nadie lo identificara.

Empacó el dinero robado y su ropa. Caminó por senderos poco concurridos. Viajó un tramo a dedo. Uso bus de servicio intermunicipal y finalizó su viaje en tren, llegando a sus tierras.

Llegó a la vereda y fue bien recibido. Ya estaban invadidas parte de sus tierras, pero como eran muchas hectáreas, decidió arreglar por las buenas con sus vecinos, para no hacerse enemigos que de ninguna manera convenía tenerlos. Se dedicó a vivir como campesino y vio claro el fruto de su trabajo. Ya habían pasado muchos años.

Continuaba soltero, hasta que fue flechado por Cupido con una mujer de la región, menor que él. Pues él ya llegaba a los cuarenta.

Sus dos hijos iban creciendo. Ya pasaban treinta años desde su salida de su ciudad natal. Anhelaba volver y que sus muchachos conocieran la vida moderna en la ciudad y gozaran de algo para ellos desconocido. Tenía guardado el dinero del robo y confiaba en que todo estaría olvidado.

En la vereda tan apartada, no tenían energía eléctrica, ni acueducto. Todo era oscuridad en las noches. No existía el dinero como moneda de cambio. Todo se hacía en minga, "tú me ayudas, yo te ayudo", el trueque de elementos y servicios.

Añoraba la gran vida de la ciudad con sus luces, la televisión e Internet; los restaurantes, cines, bares. Quería que sus hijos estudiaran y tuvieran así una vida mejor. Un día decidió volver.

Al llegar a la estación del tren, grande fue su sorpresa al encontrarla sola, vacía, abandonaba, techos derruidos, paredes rotas, puertas desvencijadas. Nada quedaba de ella. Se sentaron en una banca los cuatro. Los muchachos esperaban oír el silbido del tren del cual tanto él les había hablado. Mirar la estela de humo que el tren iba dejando cuando avanzaba.

Familia en estacion de tren abandonada - Viviendo en el pasado - Cuento de Jair Nieto

Apareció una camioneta policial que se dirigió hacia ellos. Nada más bajar ellos del carro, el papá noto que los policías tenían un adminiculo en la boca, que tal vez era parte del uniforme. Un agente femenino fue hacia ellos y les preguntó:

¿Ustedes por qué no tienen tapabocas?

¿Eso que es? ―preguntó el padre.

Es de uso obligatorio. ¿No sabe que estamos en pandemia?

No, yo no sé qué es eso ―contestó él.

Es una enfermedad mortal a nivel mundial. Casi nadie escapa de ella ―respondió la agente.

El campesino la miraba sin comprender. Ella llamó a un sargento y le dijo:

Por favor, tengo una situación anormal ―lo enteró de todo.

Este se arrimó al campesino y le preguntó a su vez:

¿Están vacunados?

No señor.

¿Cómo así? ¡Ustedes están expuestos al COVID 19!

Yo no sé nada de eso señor.

El sargento le preguntó con educación:

¿Qué lleva en ese costal?

El padre se asustó y ya nervioso le iba a contar que, él había robado hace ya mucho tiempo un banco, pero sus hijos y su esposa eran inocentes de ello. El policía se adelantó y abrió el costal. Sacó la plata y le dijo:

¿Qué es esto? Estos billetes ya no existen. No tienen ningún valor, pues la devaluación obligó a que los recogieran. Ahora hay dinero nuevo. Pero, ¿qué hace aquí con sus hijos y esposa?

Esperando el tren, respondió el campesino.

El sargento estupefacto, le respondió:

¿Esperando qué?

Fin.

Viviendo en el pasado es un cuento del escritor José Jair Nieto González © Todos los derechos reservados. Prohibida su reproducción total o parcial sin la expresa autorización de su autor.

Sobre José Jair Nieto González

José Jair Nieto González - Escritor

José Jair Nieto González nació el 15 de marzo de 1947 en Armenia, en el departamento de Quindío en Colombia. Jair estudió en Sevilla y Cali, ambos del departamento de Valle del Cauca.

Es tecnólogo del Sena Colombiano y trabajó 35 años en una empresa privada. Actualmente es pensionado.

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