Por José Jair Nieto González. Cuentos de amor cortos.
En el vibrante relato "Con el mismo corazón" de Jair Nieto, conocerás a Valentina, una destacada voleibolista cuya vida da un giro inesperado cuando descubre que está siendo seguida. ¿Quién es este misterioso individuo y por qué la sigue? Con un pasado marcado por la tragedia, Valentina se enfrenta a una revelación impactante que cambiará su vida para siempre. ¿Qué conexión hay entre ella y el hombre? Una historia corta pero llena de emoción, secretos y segundas oportunidades que te mantendrá intrigado hasta la última palabra. ¡No te lo pierdas y comparte esta conmovedora historia con tus amigos y conocidos!
Con el mismo corazón
Tenía un hermoso cuerpo de deportista, 1,68 metros de estatura y pese a no ser de muy alta era una gran voleibolista. Empezó en el Colegio Sagrado Corazón y rápido llegó a Selección Valle y después a la Selección Colombia.
Su largo cabello, su rostro hermoso y sus bellos ojos resaltaban donde ella estuviera; jamás pasaba desapercibida. Un día que salía de su entrenamiento sintió que alguien la seguía: al principio creyó que era paranoia, pero al observar por el espejo de un carro estacionado, supo que era real. La seguían.
Se dirigió a un supermercado La Montaña, donde se encontraría con su mamá y su hijo de tres años; se escondió tras unos estantes y le salió al paso al tipo que la seguía, lo insultó, algo contrario a su buena educación, empujo al tipo y lo llenó de improperios, mientras él, solo atinaba a sentarse y a pedirle perdón y decirle, lo siento. Gagueaba tratando de darle una explicación, que ella no quería escuchar. Ella pálida de la ira, le gritaba:
- Voy a llamar a la policía, usted me está acosando.
- ¡No por favor, escúcheme! en un momento le explicaré.
Justo en ese instante entró su mamá con el niño aferrado a su mano, mientras la mamá exclamaba:
- ¡¿Hija, que sucede?!
El niño se soltó de su mano y corrió a saludar al extraño, como si lo conociera de muchos años, y este de inmediato lo acogió en sus brazos. Valentina reaccionó y le quitó al niño. Y Enseguida le dijo:
- ¿Quién es usted?, ¿Qué le pasa?, ¿Por qué me sigue?
- Señora, -dijo el tipo- estaba viendo el juego de la selección Valle en días pasados y alguien comentó que era usted la viuda del capitán González y desde ese día no puedo dormir, pues no logro apartarla de mi pensamiento.
- ¿Cómo así? acláreme eso, ¿qué significa?
- Señora, yo estaba agonizando en la Clínica Valle de Lili, necesitaba un trasplante de corazón y no había posibilidad de un donante; fue cuando llegaron con un militar herido en combate.
Valentina se puso pálida, creyó que se iba a desmayar pues llegó de golpe a su memoria ese trágico momento cuando le comunicaron que su esposo había sido gravemente herido en un combate ocurrido en las selvas del Putumayo.
El duro patrullaje por esa inhóspita selva, donde los rayos del sol salen filtrados por entre la maraña formada por las altas copas de los árboles que al entrelazarse forman un entramado arriba y un laberinto abajo de flora a ras de piso, el cual se prestaba para lo que sucedió: fueron emboscados y aunque llegaron refuerzos de otra patrulla cercana, varios fueron sacados con vida en helicópteros. Su esposo no alcanzó a sobrevivir.
Cuando los médicos le dieron la fatal noticia, le pidieron permiso para usar sus órganos en otros seres y mecánicamente casi por inercia, dijo si, como pudo haber dicho no.
Siguió dedicada al deporte, al trabajo y a criar a su hijo. Hasta este momento volvió en sí y encaró de nuevo al tipo y le preguntó en un tono alto de voz, qué era que quería decir.
- Señora, recibí el corazón del capitán González y ahora vivo gracias a él.
Ella se quedó muda, miraba al tipo, a su mamá y al niño, sin saber que decir. De pronto se recuperó y con voz normal le dijo:
- ¿Y ahora qué quiere?
- Nada señora nada, estoy agradecido y deseo invitarla a tomar algo y no sé, charlar con usted.
Su mamá le decía que no, pero ella resolvió aceptar y así quedaron de verse.
Después de salir varias veces juntos, él le dijo:
- Valentina, siento gran respeto por su mamá y el niño, pero usted me gusta, este corazón en otro pecho, latía por usted y ahora en el mío lo seguirá haciendo, ya no puedo callarlo.
- ¡La amo Valentina la amo!
Fin.
Con el mismo corazón es un cuento del escritor José Jair Nieto González © Todos los derechos reservados. Prohibida su reproducción total o parcial sin la expresa autorización de su autor.
Sobre José Jair Nieto González
José Jair Nieto González nació el 15 de marzo de 1947 en Armenia, en el departamento de Quindío en Colombia. Jair estudió en Sevilla y Cali, ambos del departamento de Valle del Cauca.
Es tecnólogo del Sena Colombiano y trabajó 35 años en una empresa privada. Actualmente es pensionado.
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