Por Francisco Javier Arias Burgos. Cuentos de Navidad para Niños
Raquel es casi una niña como cualquier otra, pero tiene algunas virtudes que la diferencian de otras pequeñas. Es por esto que Santa Claus la ha elegido como su asistente para leer y clasificar las cartas que le envían todos los años. "La secretaria de Santa Claus" es una muy cortita historia del escritor colombiano Francisco Javier Arias Burgos, que invitamos a leer a niños y niñas pequeños. También podemos sustituir los nombres por el de una niña o un niño y el de sus padres, y regalarle la historia a alguien que pueda sentirse feliz con convertirse en secretario o secretaria de Papá Noel. y... ¡Feliz Navidad!
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La secretaria de Santa Claus
Santa Claus tenía tanto trabajo en estos días, que decidió buscar una secretaria que le ayudara a leer y clasificar todas las cartas que los niños de todo el mundo le enviaban pidiéndole los regalos de Navidad. Cambió su traje rojo y su gorra por un vestido elegante y por un sombrero, se rasuró la barba, dejó su coche de renos, consiguió un auto sencillo, y salió a buscar a su ayudante.
Su secretaria tendría que cumplir algunos requisitos. Debería ser una niña juiciosa y entusiasta, amorosa, amable con las personas, paciente y comprensiva, y sobre todo muy alegre. A Santa no le agradaban las personas que no reían, porque decía que alguien que no sabe reír no puede regalar alegría.
Empezó entonces a visitar países y muchas ciudades.
En todas partes encontró niñas que querían ser su secretaria, y las entrevistaba para saber si cumplían con sus requisitos.
- "¿Sabes cantar?", -le preguntó a la primera.
- "No me gusta cantar", -le respondió.- "Prefiero ver televisión".
- "¿Te gustan los cuentos?", -le preguntó a la segunda.
- "No. Lo que me gusta es jugar en mi tablet", -fue la respuesta.
Y así fue de ciudad en ciudad tratando de encontrar a su ayudante.
Pero todas le daban respuestas que lo dejaban desalentado. La mayoría de las niñas que entrevistó no mostraban interés por las otras personas y solo les importaba lo que les gustara. Y tampoco le ayudaban a su mamá en la casa, o no arreglaban su cuarto. No mostraban entusiasmo por los cuentos, y eso dejaba a Santa muy triste, porque a él le encantaban esas historias que sus padres le leían cuando era un niño.
Santa Claus no se desanimó y siguió recorriendo ciudades en busca de esa auxiliar que necesitaba con tanta urgencia.
Una tarde, ya casi a punto de desistir de su búsqueda, vio en un parque a una niña que jugaba feliz con sus padres. Tenía una hermosa sonrisa, era amable con los niños, animada y muy vivaz. Cuando la chica se sentó con sus papás a descansar y a comerse un helado, Santa se les acercó y empezó a conversar con ellos. Les dijo que él era la persona a la que todos los niños del mundo le escribían para pedirle los regalos de Navidad, y que andaba de incógnito buscando a alguien que le facilitara su trabajo, porque él solo no podía.
Andrés y Paola le preguntaron por qué no tenía su traje rojo y su barba, y Santa les explicó con detalles su plan, lo que a ellos les pareció razonable.
Raquel lo miraba entre sorprendida e incrédula, pero no dijo nada.
- "¿Te gustan los cuentos?", -le preguntó a Raquel.
- "Sí, me encantan" -le respondió.- "Mi papi me lee uno cada noche, antes de acostarme, y así duermo muy feliz", -le dijo.
- "Y, ¿te gustan los animales?".
- "Me fascinan", -le dijo Raquel.- "Tengo un minino que se llama Don Gato y un ratoncito que se llama Don Bigotes. Son mis mejores amigos", -le contó la niña.- "Ah, y una abejita que una vez me enseñó a ser abeja".
Santa quedó encantado con la amabilidad y la alegría de esta chica, y les pidió a Andrés y Paola que le permitieran tenerla como su ayudante para Navidad.
- "Claro que sí", -le contestaron.
Y fue de esta manera como Raquel se convirtió en la secretaria de Santa Claus e hizo felices a todos los niños que le escribieron a Papá Noel, que no era otro que el mismo Santa, al recibir una alegría por su regalo en la Nochebuena.
Fin.
La secretaria de Santa Claus es un cuento del escritor Francisco Javier Arias Burgos © Todos los derechos reservados.
Sobre Francisco Javier Arias Burgos
Francisco Javier Arias Burgos nació el 18 de junio de 1948 y vive en Medellín, cerca al parque del barrio Robledo, comuna siete. Es educador jubilado desde 2013 y le atrae escribir relatos sobre diversos temas.
“Desde que aprendí a leer me enamoré de la compañía de los libros. Me dediqué a escribir después de pensarlo mucho, por el respeto y admiración que les tengo a los escritores y al idioma. Las historias infantiles que he escrito son inspiradas por mi sobrina nieta Raquel, una estrella que espero nos alumbre por muchos años, aunque yo no alcance a verla por mucho tiempo más”.
Francisco ha participado en algunos concursos: “Echame un cuento”, del periódico Q’hubo, Medellín en 100 palabras, Alcaldía de Itagüí, EPM. Ha obtenido dos menciones de honor y un tercer puesto, “pero no ha sido mi culpa, ya que solo busco participar por el gusto de hacerlo”.
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¡Excelente cuento! Una historia hermosa y amable que hace entender el significado dé la alegría y la Navidad.
Gracias, Alejandra.
Me gustó el relato y el trasfondo tan real. Los niños de ahora, en su mayoría, tienen una niñez para ellos bien, por la tecnología que tienen a la mano, pero lamentablemente la realidad es otra, no saben jugar, no saben soñar o distraerse con un simple volar de una abeja. Lo bueno, que aun hay niños con quienes sus padres han compartido momentos fascinantes de alegría.
Muchas gracias por su comentario.
Francisco, hermoso cuento, mi hija de 10 lo disfruto mucho, aún le leo un cuento cada noche, y es realmente muy amable, este cuento la hizo sentir especial.