Por Samuel Gutiérrez Ospina. Breve crónica de historias relacionadas al mar para adolescentes.
¡Bienvenidas sean las "Historias del Mar"! Embárcate en una aventura sin límites, donde la vastedad del océano despierta la curiosidad y alimenta la imaginación. Desde tiempos inmemoriales, el mar ha sido un enigma para la humanidad, inspirando mitos, leyendas y hazañas épicas. Explora las narraciones de antiguos navegantes, valientes exploradores y misteriosas criaturas marinas. Desde la Odisea de Homero hasta las hazañas de Zheng He, el relato te mostrará un mundo de misterio y maravilla. ¿Qué secretos aguardan en la superficie y en las profundidades del océano?
Tanto si conoces más en profundidad estas historias, como si sabes de otras que estén relacionadas con el mar, te invitamos a utilizar la sección de comentarios para enrriquecer la crónica de Samuel.
Historias del Mar
El mar, esa inmensidad de agua con sus grandes orillas, siempre ha estimulado la imaginación del hombre y su deseo de conocerlo.
Desde la antigüedad ha sido un misterio para él ser humano. Se tejían muchas leyendas acerca de él, una de las más fantasiosas, era la de que, lejos muy lejos, el mar terminaba en una gran catarata que descargaba sus aguas en el vacío, un vacío sin principio ni fin. El hombre prehistórico en su eterno caminar, solo conocía hasta donde su vista alcanzaba y cuando en su peregrinar llegaron a una de sus orillas, se aterraron. Se preguntaron: ¿Habría monstruos marinos, criaturas enormes en esas inmensas aguas? ¿Qué hay más allá de ese horizonte? Se contestaron e imaginaron la catarata final.
Esa misma pregunta ¿Qué hay allí? ha rondado en todos los tiempos. La tierra firme ya está conocida toda. Montañas, valles y ríos, gargantas y cañones, depresiones donde el calor es calcinante, desiertos y estepas heladas. Todo ha sido hollado por el pie de ese caminante eterno que es el ser humano. Pero del mar aún no se conoce todo. Se conocen sus orillas, ¿Pero el fondo?
Se ha avanzado mucho en su exploración, se ha medido la profundidad de las fosas marinas, el cómo navegar bajo del agua, el nadar como peces con los inventos de Jacques Cousteau. Pero queda mucho por saber de él. ¡Será que aún hay animales gigantescos antediluvianos en sus simas marinas?
También su presencia en la tierra y sus misterios ha inspirado a escritores y poetas. El hombre desde mucho tiempo atrás, ha escrito sobre él, sagas e historias maravillosas. Veamos algunas:
La Odisea, donde el héroe, se enfrenta al dios del mar Poseidón, por haber dado muerte a su hijo el ciclope Polifemo. Conocer a la maga Circe, que convierte a sus acompañantes en cerdos. Escuchar el canto de las sirenas y al oír la engañosa melodía se hubiera tirado de cabeza al mar, si él no se ata al mástil de su nave.
También podemos nombrar a Jasón y sus argonautas, buscando el vellocino de oro y después de muchas peripecias, su llegada a Colquide, donde encuentran ese vellón del carnero sagrado.
Los chinos también tienen sus leyendas sobre él.
El libro de Xuan-Zang, el monje al que Buda le encarga la misión de viajar al Asia Central y la India, a rescatar unos textos sagrados o suras del budismo. Lo acompañan el Rey Mono, Bon Zusha un duendecillo del agua, y un cerdo de nombre Zhu-Bajie, más un dragón que le sirve de corcel transformándose en un caballo blanco.
Las islas del Japón, también tienen sus historias y mitos del mar: Ryujin, divinidad tutelar del mar, es un dragón, que vivía en un palacio submarino construido con corales rojos y blancos. Una vez tuvo el antojo de comer hígado de mono y envió a las medusas a traérselo. Así lo hicieron, encontraron uno, pero este con su agilidad se les escapó. El dios furioso, las molió a palos y por ello, las medusas tienen su cuerpo sin huesos y son gelatinosas.
Más acá en el tiempo, encontramos unos grandes navegantes, estos ya en el mundo real, no de fábula, que se dedicaron a explorar, su inmensidad, descubriendo islas desperdigadas a lo largo y ancho de él, y las tierras allende sus orillas, encontrando ciudades y asentamientos humanos maravillosos. Miremos algunos:
Los vikingos noruegos sin hacer caso al resto de la hoy Europa, que creían que el fin del mundo o la última esquina de él, era el sitio llamado Finsterre o fin de la tierra, situado en una península en Galicia-España, donde había un faro, unos edificios para señales marítimas y un altar al sol. Sin hacer caso a ese mito, que allende al mar, se encontraba la catarata aquella, salieron por allá en los años 1000 a explorar ese mar. Fundaron poblaciones y se establecieron en Irlanda (Islas Británicas), Normandía (Francia), descubrieron la Isla hoy llamada Islandia; Groenlandia y Terranova en el Canadá (América) en el año 1021, 471 años antes de que Colón “descubriera” esa misma América.
Otro gran navegante fue un chino en el siglo XV, llamado Zheng-He.
El mayor explorador chino de la historia y el más importante de Asia. Fue Militar, y por su labor como tal, fue hecho prisionero y castrado y pasó a ser un eunuco. También fue marino y explorador y su fe era la musulmana.
Hizo siete expediciones navales entre 1405 y 1433. Exploró el sudeste asiático, Indonesia, Ceylán, la India, el Golfo Pérsico, la Península Arábiga, el este de África y el canal de Mozambique. Visito en total 37 países a bordo, comandando sus naves.
Se dice que su vida la identifican o inspiró los Viajes de Simbad el marino.
Elevó a la China Imperial a ser la 1ª superpotencia mundial.
Mencionemos aquí otros grandes navegantes como, Fernando de Magallanes, Sebastián Elcano, el pirata Sir Francis Drake, estos tres que circunnavegaron el mundo conocido; el Capitán James Cook, descubriendo Hawái, Australia y Nueva Zelanda, Juan Cabotto, Cristóbal Colón, Vasco da Gama.
No faltaron las mujeres entre estos, navegantes y exploradores, una de ellas fue:
Jeanne Baret. 1740-1807. La primera mujer que navegó alrededor del mundo. Para la época, las mujeres eran mal vistas en las actividades propias de hombres. En su país Francia, les estaba prohibido subir a los barcos de la Armada Francesa. Para lograrlo se disfrazó de hombre fajando sus pechos con un vendaje y vestida de marinero, se enroló en la expedición del Almirante Antoine de Bougainville, que circunnavegaría el planeta, recolectando plantas y especies vegetales para su investigación y usos posibles.
Subió al barco de la Armada, como ayudante de cámara del naturista francés también, Philibert Commercon, su esposo. Viajaron tres años por medio mundo. Finalmente fueron descubiertos y desembarcados en las Islas Mauricio, cercana a Madagascar, isla africana en el sureste. Allí vivieron el resto de sus días.
Otras mujeres fueron:
Egeria, finales del siglo IV. Gallega y abadesa. Viajo por Constantinopla, Mesopotamia, Sinaí, Jerusalén y Egipto en un peregrinaje cristiano.
Mary Frech Sheldon 1847-1936. Para demostrar que las mujeres también podían hacerlo se puso al mando de la Expedición al Kilimanjaro. Recorrió parte de África. Exploró Kenia, Tanzania y el territorio de los poco amables Masái, situados en las faldas del monte. Regresó viva, pero maltrecha por un accidente, cuando los porteadores la dejaron caer al rio donde se golpeó con las piedras.
Annie Londonderry. Letona de nacimiento. Ciudadana estadounidense, judía de apellido Cohen. Mujer adelantada a la época, cuando ver una en bicicleta era considerado un atentado a la moral, las llamaban locas y asociales.
Aceptó la apuesta de dar la vuelta al mundo en bicicleta, en quince meses, hazaña realizada por un hombre en ocho. No creían que lo lograría. Cambió su apellido por Londonderry por la marca de agua embotellada New Hampshire Londonderry Wáter, que la patrocinaba.
El 25 de junio de 1894 y con solo 24 años de edad, arrancó a dar pedal. Se embarcó para Francia y pedaleando llegó a Marsella-Francia, pasó a Egipto en barco, visitó Jerusalén, Arabia y bajó hasta Yemen, pasó a Alejandría y Colombo, Sri Lanka, India, Singapur, Shanghái y Hong Kong en China, Japón, Vietnam. Llegó de vuelta a Boston, el 24 de septiembre de 1895. Lo logró y cobró la apuesta de US 10.000 dólares, más lo del patrocinador, y lo que cobraba por conferencias y charlas a lo largo del camino. Aunque se dice que más fue lo que viajo en barco que haciéndolo en bicicleta.
Y ya en estos tiempos la Expedición del Kon-Tiki, que partió de tierras sur-americanas en 1947, desde Perú y llegó a las islas de la Polinesia, ciento un día después, y siete mil kilómetros de viaje, navegando sobre las corrientes marinas del Pacífico, para demostrar que los indígenas suramericanos viajaron de aquí hasta allá, utilizando las mismas corrientes marinas que ellos. Este explorador fue Thor Heyerdahl y cinco locos más como él. La nave era una balsa, construida con troncos de madera de balsa, recubierta con totora, planta esta que usan los bolivianos aún, en el lago Titicaca, basados para construirla en las imágenes dejadas por los españoles.
Sin embargo, aún siguen vivas la fantasía de las sirenas y los bufeos, viviendo en los palacios encantados de cristal, y los que fuimos niños añoramos a Acuaman, el hombre pez, súbdito de Poseidón o Neptuno, el mismo de la Odisea.
Así a vuelo de pájaro, vemos el gran atractivo que ha tenido el mar, arriba y abajo, para el hombre prehistórico, y a través de los siglos, hasta ahora, para el actual.
Fin.
Tomado de mis apuntes, extractados de libros y revistas.
Historias del Mar es un relato con una parte de crónica histórica y de literatura fantástica del escritor Samuel Gutiérrez Ospina © Todos los derechos reservados. Prohibida su reproducción total o parcial sin el consentimiento expreso de su autor. Parte de Historias en Yo Mayor. Dic-2023.
Sobre Samuel Gutiérrez Ospina
Por jugadas del destino, y en plena violencia política, año 1950, nació en el Puerto de Buenaventura, hijo de un manizalita y una armenita.
«¡Qué bueno ha sido ser porteño!»
El obispo Valencia Cano, quiso tener clero nativo y fue uno de los elegidos para ir al seminario. El sueño duro poco. Terminó el bachillerato y fue a Cali, porque quería licenciarse y ser maestro. Otro deseo fallido.
Sus cuatro hijos son profesores universitarios y de colegio de Bachillerato. Lo lograron por él, para cumplir su deseo. Su esposa da clases de manualidades y él trabaja con chicos como promotor de lectura.
Se graduó en el SENA técnico en Relaciones Industriales, y se dedicó a tender puentes con sus semejantes. Se convirtió en vendedor profesional.
Samuel Gutiérrez Ospina siempre ha estado ligado a los libros y la escritura ha sido una permanente compañera de vida. Caminar, mochiliar, montar bicicleta son sus pasatiempos.
Por su esposa, conoció a Historias en Yo Mayor y fue posible así, contar las historias que ya tenía escritas, y escribir otras.
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