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Quique en Marte. Amigo de dinosaurios y animales extraños ¡Debía contárselo a sus amigos!

Por Bernabé Galán Sánchez. Cuentos de sueños fantásticos para niños

La carrera espacial por llegar, en esta ocasión, al «planeta rojo» ha comenzado, y nadie quiere quedarse afuera. Es así que Quique en Marte es un sensacional cuento lleno de criaturas marcianas y ¿dinosaurios? en el que el pequeño Enrique ha ganado esta competencia y ha llegado primero que todos. Es un relato del escritor español Bernabé Galán Sánchez dedicado especialmente para los más pequeños.

Cómo el cuento de Quique está lleno de personajes raros que sólo pueden existir en el suelo marciano, invitamos a los niños y niñas a que, según la descripción que tenemos, dibujemos cada una de las criaturas, sin copiar a las que nos envió junto con el cuento su autor y que simpáticamente ilustran la historia.

Luego, si te gusta el cuento de Bernabé Galán, por favor, deja algunos comentarios (✍🏼), asigna una calificación a este cuento para que otros lo encuentren en el sitio y lo lean (⭐) y compártelo con algunos pequeños con mucha imaginación como Quique a través de las redes sociales (🙏🏼). ¡Gracias!

Quique en Marte

Quique en Marte - Cuento

Aquella mañana fue especial para Quique. Llevaba varios meses esperando que llegara el 18 de febrero de 2021. Era la fecha en la que iba a llegar a Marte una nave espacial enviada por la NASA y estaba entusiasmado por conocer más cosas de ese planeta del que su tío Antxón le había hablado tanto.

Desde hacía unas semanas no era rara la noche en que soñara con posibles animales que podrían aparecer allí, e incluso los dibujaba. Fantaseaba con que cuando llegara la nave allí, se encontraría con dinosaurios y con esos animales extraños que él suponía vivirían en su superficie.

– «Papá ¿cuándo van a televisar la llegada a Marte?»

– «Creo que esta tarde» -le respondió su padre.

– «Estoy deseando verla. Estoy seguro de que van a encontrar vida allí. No habrá personas, pero sí animales, aunque creo que serán muy diferentes a los de la Tierra«.

– «Vaaaaale. Ya los veremos».

La mañana en clase se le hizo muy larga y en varias ocasiones la profesora le llamó la atención por estar hablando con los compañeros mostrando su satisfacción por la llegada a Marte que tanto deseaba.

Aquella tarde, cuando llegó a casa, puso la tele.

Las noticias repetían que la llegada a Marte se retrasaría un poco sobre la hora prevista. Quique merendó en el salón pendiente de la tele. Su mamá se lo permitió, en esta ocasión, porque sabía el interés que tenía en ver la llegada de la nave espacial a Marte.

Después de tomar la merienda Quique comenzó una lucha contra el peso de sus párpados que al final se cerraron y entró en un placentero sueño.

Nuestro protagonista se encontró de pronto en un lugar desértico, donde todo era de color rojo: el suelo, las montañas y el cielo. Había muchos montículos que le invitaban a correr hacia ellos para jugar subiendo y bajando.

De repente oyó un ruido muy grande y comenzó a temblar el suelo. Poco a poco el ruido fue aumentando a sus espaldas. Se volvió y vio como un braquiosaurio se le aproximaba. Como no tenía donde esconderse, permaneció quieto. El dinosaurio llego a su lado y movió su largo cuello bajándolo hasta que su cabeza llegaba al suelo inclinándola y sonriendo.

Braquiosaurio en la superficie de Marte

Quique, que conocía la vida de los dinosaurios, sabía que era bueno y se atrevió a hablarle.

– «Hola amigote. ¿Cómo te llamas? Yo soy Quique«.

– «Yo me llamo Frotu y estos personajes que llevo encima son Picrateton y Azozbú«.

Quique no se había dado cuenta que encima del dinosaurio viajaban dos raros animales que él no conocía: uno parecía un gato gigante que tenía las patas traseras muy largas y las delanteras muy cortas. La cabeza era gigantesca y tenía unos dientes con forma de pirámides. Se comunicaba dando unos chillidos muy desagradables.

Picrateton - Gato de patas largas

– «¡Calla Picrateton! Vas a asustar a este chico. Bien podrías presentarle a Azozbú«.

Este animal, también muy extraño, tenía forma de estrella de mar con cuatro extremidades y un gran ojo central que miraba fijamente al pequeño Enrique.

Azozbu - Estrella con cuatro extremidades

Por el suelo se arrastró otro habitante de Marte, que le hizo dar un salto al niño del susto que le dio.

– «¡Vaya qué impresión me has dado! ¿Y tú quién eres?»

– «Yo soy Xayque. Soy el rascador de triceratops que como sabes tiene espinas en su cabeza. Como yo tengo púas en mi lomo me sirven para rascarle.

Xayque - Espinas en la cabeza

– «Jajajaja ¡Como si fueras un peine! ¡Qué gracioso!»

– «Pues ahora vas a venir y ya verás cómo me pide que le rasque».

– «¡Que viene Carnotaurus, que viene Carnotaurus!» –dijo alguien.

Quique miró hacia arriba, que era de dónde venían esos gritos.

Qué sorpresa se llevó al ver otro raro animal con forma de platillo volante con tres patas y en la cabeza aplanada tenía un solo ojo que se movía de un lado a otro barriendo el horizonte.

Carnotaurus - Platillo con tres patas

Y efectivamente hizo su aparición Carnotaurus, haciendo moverse el suelo debido a los casi 3 mil kilogramos que pesaba y a los 9 metros de envergadura que tenía.

Detrás de él iba otro raro animal de cabeza cuadrada de la que le salían cinco tentáculos muy raros, ya que los dos que le asomaban a cada lado de la cabeza terminaban en una especie de manos sin dedos. De arriba le salían tres antenas que se abrían formando una “V” al final. Tenía dos pies, como prolongación de la cabeza.

Ycreuch - Marciano de cabeza cuadrada

Quique le tocó las antenas y estas se encogieron.

– «¡Ayyyy, que me duele!» -dijo el extraño.

– «¡Anda, si habla y todo! ¿Cómo te llamas?»

– «Me llamo Ycreuch, y mi amigo volador, el que ha anunciado a Carnotaurus se llama Eyimoglu«.

– «Pues poco a poco se está animando el día. Y yo pensaba que en Marte no había vida» –dijo Quique.

– «¡Pues claro que hay! Somos distintos, pero somos muy divertidos. Lo que pasa es que somos invisibles y solo nos pueden ver quiénes nosotros queremos. Y tú eres nuestro invitado y por eso nos puedes ver».

– «¡Qué bien! ¡Qué divertido! Pero cuando vuelva a la Tierra no me van a creer lo que he visto. Bueno ¿y cuándo comienza la fiesta?»

– «¿Qué fiesta?» -dijo Nuce, que así se llamaba el animal que había llegado arrastrándose como una serpiente con boca de cocodrilo y con una gran barriga y una joroba.

Nuce - Personaje de marte

– «¡Pues la fiesta que se le hace a los invitados!» -le respondió Quique dando saltos bailando mientras hablaba.

– «¡Voy a buscar a triceratops que se habrá dormido!» -dijo Xayque y salió dando saltos con su cola como la de los canguros.

Frotu, el braquiosaurio, inició la marcha e invitó a los demás a seguirle.

Todos caminaron detrás del gigante y después de andar unos cientos de metros llegaron a un lugar muy distinto.

El color rojo del suelo se convirtió en verde gracias a la hierba que había crecido junto a un lago azul de dónde salió un plesiosaurio que estaba jugando con dos seres muy extraños a quienes Quique pidió que les dijesen sus nombres.

Plesiosaurio en Marte

– «Yo me llamo Jovalu» -dijo el primero, que tenía forma de una jota mayúscula con un ojo en lo alto de su cuerpo.

Jobalu - Criatura con forma de jota

– «Vivo tanto en el agua como fuera de ella».

– «Y yo soy Voyhuacre y también puedo vivir en el agua o en el suelo. Pero si salgo del agua tengo que enterrar mi pie para poder seguir viviendo».

Voyhuacre - Animal con forma de flor

Este raro animal, tenía forma de flor y de su cuello le salían dos extremidades y la cabeza que era redonda con un ojo enorme que se sujetaba en una estructura con forma de estrella.

Ycreuch sorprendió a Enrique al estirar su cabeza que se separó un poco del cuerpo y comenzó a producir una música que invitaba a todos a bailar.

Como Voyhuacre no debía salir del suelo, los demás la rodearon y comenzaron a danzar a su alrededor. Ella lo hacía moviendo sus brazos e iluminando intermitentemente los radios de la estrella que sujetaba su ojo. De vez en cuando el plesiosaurio se metía en el agua y al salir se sacudía y mojaba a los demás quiénes se reían al notarse mojados.

En una de estas salidas el agua mojó a Quique y esta sensación le hizo despertarse y entonces se dio cuenta de que toda la aventura que había vivido había sido un sueño.

La televisión seguía encendida y sus papás estaban sentados frente a ella viendo cómo la nave espacial comenzaba a posarse sobre la superficie de Marte. Una superficie muy diferente a la que había conocido el pequeño Enrique en su sueño. Pero él estaba orgulloso de haber estado allí antes que nadie. Y eso tenía que contárselo a sus amigos.

Fin.

Quique en Marte es un cuento del escritor Bernabé Galán Sánchez © Todos los derechos reservados.

Sobre Bernabé Galán Sánchez

Bernabé Galán Sánchez - Escritor

Bernabé Galán Sánchez nació en Adamuz (Córdoba) el 4 de Julio de 1952. Estudió bachiller en el Colegio La Salle de Córdoba y la carrera de Medicina en la Universidad de Sevilla, y posteriormente hizo el Doctorado y la Especialidad de Medicina de Familia y Comunitaria en la Universidad de Córdoba.

“Me llamo Bernabé Galán Sánchez, soy Médico Rural (Médico de Familia o Médico de Cabecera). Me ha gustado escribir desde pequeño, que comencé a llevar un diario (que aún de vez en cuando escribo). Ahora ya estoy jubilado y he comenzado a escribirles cuentos a mis nietos y en ellos mezclo a mi experiencia y vivencias como médico de pueblo con sus ilusiones que vierto en unas líneas que les entretienen.”

“Comencé a trabajar en Monturque (Córdoba) donde acabé siendo Alcalde en las primeras elecciones municipales, aunque seguí como médico y sin cobrar una peseta como Alcalde. Allí dejé en marcha muchos proyectos al tenerme que marchar forzosamente a los cinco años y medio, por concurso de traslado como médico a Fuente Palmera (Córdoba) donde permanezco después de más de 40 años.”

“Aunque me jubilé hace casi 8 años he seguido trabajando como médico en el ámbito privado y en 2013 mis compañeros me eligieron Presidente del Colegio Oficial de Médicos de nuestra Provincia, puesto en el que estaré hasta diciembre de este año que finaliza mi segundo y último mandato, de lo que tengo ganas ya para poder dedicar mi tiempo a la familia, y especialmente a mis nietos.”

Otro cuento de Bernabé

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