Don Sapo 🐸 Decidió marcharse en busca de un mejor lago donde croar y comer insectos a gusto.

Por Danny Vega Méndez. Cuentos de animalitos para niños y niñas.

Don Sapo es un breve y hermoso cuento que, como nos tiene acostumbrados su autor, Danny Vega Méndez, nos enseña con un sencillo relato sobre el rol que cumple cada animal en el lugar donde naturalmente vive y el verdadero significado de la frase «La naturaleza es sabia«. Es un cuento para niños y niñas pequeños.

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Don Sapo

Vivían en un pequeño lago, dos sapos buenos amigos. Eran tan buenos amigos que juntos croaban durante las hermosas noches de verano.

Resulta que un buen día Don Sapo se cansó de las burlas de los demás animales:

– «Eres el más feo de todos» -decía la señora Garza.

Las orgullosas ardillas tenían por norma general hacerle bromas pesadas.

– «Ya existe el día en honor de los sapos», -decían las ardillas-, «es decir, el día de los más feos, verdes y enanos».

Ante tan crueles comentarios, aquel pequeño y diferente animal, decidió despedirse de su amigo y marcharse en busca de un mejor lago donde croar y comer insectos a gusto.

Los días pasaron hasta que encontró un gran lago lleno de plantas por donde saltar y deliciosos mosquitos que comer. Sin embargo, el amo y señor de esos lugares era el cocodrilo Simón y a él no le agradaban los extraños.

– «Bienvenido Don Sapo. Llegó justo a la cena», -dijo el hambriento carnívoro.

Don Sapo pensó que este era el mejor lugar del mundo, pues lo recibían de la mejor manera: con comida.

– «¿Cuál es el menú? Es que he saltado por largas distancias y no he podido comer aunque sea un pequeño insecto».

El cocodrilo Simón lo miró con una sonrisa macabra y rápidamente se abalanzó sobre el pequeño animal. En fugaz salto, Don Sapo se escapó y saltó como nunca lo había hecho antes.

Luego de tanto huir y para su mala suerte, se topó con una culebra que amablemente le hablaba, pero su intención era acercarse lo mayormente posible para estar a su alcance y podérselo comer.

Aunque Don Sapo se dio cuenta del peligro que lo asechaba. Desesperado pensó que la mejor idea sería volver a soportar las maldades de sus compañeros de lago, pues por lo menos allí, nadie se lo quería comer.

Al llegar a su pequeño lago, cuál sería su sorpresa al saber que luego de su partida los insectos se habían adueñado del lago y ya nadie podía estar tranquilo pues los mosquitos los picaban y transmitían enfermedades.

Al verlo todos se sintieron aliviados, comprendiendo que habían cometido un error pues Don Sapo, siendo como era físicamente, era parte fundamental del lago.

Fin.

Don Sapo es un cuento del escritor Danny Vega Méndez © Todos los derechos reservados.

Sobre Danny Vega Méndez

Danny Vega Méndez nació el 17 de junio de 1983 en el distrito cabecera de Puerto Armuelles (Barú, Chiriquí) en Panamá. Es el tercer hijo de Maribel Méndez y Elidermo Vega. Cursó estudios secundarios en la Escuela Secundaria de Puerto Armuelles. Se licenció en Español y posteriormente alcanzó su Profesorado en Media Diversificada.

Su inquietud por vivir el mundo de las letras inició en el año 2009, en ese entonces vio una ranita azul a una orilla del camino que lo conducía a la comunidad de San Cristóbal (Comarca Ngäbe Bugle) donde impartía clases, pues en su memoria surgía la inquietud de escribir a cerca de las ranas doradas, debido a que su existencia está siendo amenazada. Los recuerdos de aquel animalito estuvieron forzando en su mente la creatividad hasta escribir su primer cuento “La ranita estrella“. Con él, intentó explicar el origen de este particular anfibio.

Envió su escrito a diversos lugares entre ellos la Autoridad del Ambiente y no obtuvo ninguna respuesta. Un buen día se animó a enviar el cuentito a un periódico de circulación nacional, Mi Diario; y desde allí han pasado muchos cuentos que han sido leídos por miles de panameños. Desde esta vitrina ha escrito bajo el seudónimo de Daniel Méndez. Daniel porque siempre le ha gustado este sonido como nombre y Méndez porque ha sido, a su modo, la manera de honrar el sacrificio de su madre a quién consideraba su héroe.

Su inspiración es que sus escritos sean útiles para todos, fáciles de recordar y de aplicar en la vida cotidiana. Para ello, no se basó en súper historias sino que se puedo sentar en la banca de un parque y mirar el trabajo de las ardillas (La ardilla de la Concepción), o también puede mirar a las iguanas paseándose por la escuela (La iguana de la escuela) o mirar los riachuelos y darles un origen (La quebrada de las Mellizas), y así la imaginación no tiene límites porque acaso nunca se conformó con caminar sino que tuvo que volar.

“Un escritor que conoce y domina su oficio”, fueron la palabras por parte de un jurado en un concurso nacional de cuentos al reconocer su talento.

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