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Por María Alicia Esaín. Cuentos infantiles cortos

Casitigre Casigato es un cuento infantil corto sobre títeres de María Alicia Esaín, escritora argentina. Cuento infantil. Cuentos de títeres.

Casitigre Casigato

Casitigre-Casigato - Cuento de títeres

Casitigre Casigato estaba muy enojado. Trabajarían los títeres del baúl rojo y él no estaba incluido en ninguna obra.

Le habían asignado un papel tonto y aburrido: sentarse sobre la mesa de los premios… ¡Claro, si él no era gato porque tenía patas de tigre y no era tigre porque tenía color de gato!

Para colmo, Garabato, el gato negro de ojos verdes y grueso bigote de plata le hacía burla con un cantito:

Casitigre Casigato, el que se duerme de a ratos.

Él ya no lo soportaba, pero en el bolso rojo donde vivían no quería hacer escándalo y mucho menos en el teatro.

La última noche antes de la función, Lilibrú la titiritera los limpió a todos, les pintó los labios y los cachetes a las chicas, los peinó, les acomodó los bigotes y los cepilló con suavidad, como una caricia. Con cuidado los llevó a dormir y al otro día salieron para la Biblioteca donde sería la función.

Lo último que había escuchado Casitigre Casigato antes de dormir había sido:

Casitigre Casigato, el que se duerme de a ratos.

Por suerte pudo dormir bien, pero el enojo y la desilusión por no participar no se le iban. Menos mal que al ver como preparaba Lilibrú la escena se consoló un poco.

Globos, moños enormes de papel metalizado, el cartel que anunciaba el espectáculo con letras verdes y brillantes, una alfombra para los más pequeños, luces multicolores y todos los peluches de la Sala Infantil estaban listos. En el escenario, una bolsa abierta como una boca con los títeres de cada obra. En una de ellas Garabato diciendo:

Casitigre Casigato, el que se duerme de a ratos.

Se hizo el desentendido. Lilibrú colocó los libros que se sortearían entre los niños sobre la enorme y antigua mesa. Le encargó que los cuidase. Sabía que podía confiar en él y que el sorteo sería un éxito. Casitigre Casigato sabía oler qué número debía salir para que le tocase uno de historias a quien gustaba mucho de cuentos o a quién le vendrían bien los libros de poemas.

Comenzó la función, Garabato debía entrar en el primer acto. Antes de hacerlo miró para la mesa y dijo:

Casitigre Casigato, el que se duerme de a ratos.

Al instante se le cayó el bigote y se le descosió la cola. Lilibrú tomó en su reemplazo a Casitigre Casigato.

Él estuvo genial. Además, dijo trabalenguas y poemas con muchas letras y ¡Cómo lo aplaudieron!

También lo acariciaron al cuidar los libros nuevamente, agradeciéndole su esfuerzo. Después lo vio tan triste a Garabato que lo perdonó así:

-Te perdono Garabato, vamos a charlar un rato.

Y fueron juntos a tomarse un cafecito.

Fin.

Cuento infantil corto que nos envió la escritora María Alicia Esaín para publicar en EnCuentos.

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