Por Gladys Gutiérrez Fernández
Dentro de una caja
Darío dentro de una caja,
dientes de dragón guardaba.
Le dijo a su amigo Daniel
Guárdalos que luego jugamos.
Daniel que era travieso, le dijo,
yo te los guardo sólo,
dámelos para jugar
creyendo que son dados.
Dados para jugar a la dama,
al dominó y al ludo.
Yo te los guardo amigo Darío,
dentro del decalitro que has traído.
Felices quedaron Darío y Daniel
con los dientes de dragón
que parecían dados.