La leyenda de “El ermitaño” es una de las leyendas infantiles de la escritora Roxana Hoces Montes sugerida para niños a partir de diez años.
Cuentan las buenas lenguas que en una choza, vivía un hombre de mirada triste, frente cansada, cabello desordenado y barba crecida. Sobre todo, de comportamiento extraño.
Él no hablaba con nadie, solamente se acercaba a las personas para pedirles comida. Luego, regresaba al rincón donde se hallaba su pobrísima y solitaria choza, que de vez en cuando la arreglaba.
A pesar de tener escaza comunicación con otros, era amigo de la paz. Por eso, no se atrevían a molestarlo. Y, como no conocían su nombre, le comenzaron a llamar “el ermitaño”. Pasaron los años y nunca más se supo de él.
Hasta que, por el año de 1960, la gente de la sierra comenzó a dejar sus casas y chacras, partiendo a la ciudad de Lima en busca de mejores oportunidades. Fue entonces, que con el único propósito de tener un espacio donde vivir, se organizaron.
Y, un 7 de junio de 1962 a las 7 de la noche, muchas familias que vivían en cuartos alquilados o en casas de sus parientes, decidieron invadir la pampa y faldas de los cerros. Pampa donde vivió el ermitaño y gracias a ese apodo la comunidad lleva su nombre.
Ese pueblo ubicado en la zona norte de la ciudad de Lima, capital del Perú, nada tiene de aislado y solitario. Más bien, se ha superpoblado y en la actualidad vienen experimentado un proceso de tugurización.
Fin
La leyenda de “El ermitaño” es una de las leyendas infantiles de la escritora Roxana Hoces Montes sugerida para niños a partir de diez años.