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Amanecer: El Comienzo – Historias y reflexiones de la vida
“El ángel que yo había visto de pie sobre el mar y sobre la tierra levantó al cielo su mano derecha y juró por el que vive por los siglos de los siglos, el que creó el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y dijo: «¡El tiempo ha terminado!”
Apocalipsis 10:5-6
Bitácora del 18 de noviembre del 2030
Son aproximadamente las 5:00 pm, la noche esta cayendo.
Este es mi mundo, un mundo en caos, un mundo en desorden, un mundo, sin esperanza. Todos los días vivimos como si fuese el último, la comida y el agua son muy escasas en mi mundo, así como el número de seres humanos.
Hace poco tiempo éramos billones, hoy en día, unos cuantos miles sobrevivimos, algunos escondidos bajo tierra, otros, en viejas ciudades y los más afortunados ya descansan en paz.
Estamos en una misión de rescate, recibimos un SOS de un grupo no identificado, es una familia de seis. Cuando salimos de Tacna éramos veinte personas, en el camino perdimos a la mitad y llevamos un herido a cuestas, este mundo es una pesadilla, desearía cerrar los ojos e imaginar que voy a clases en la UPT, que me desvelo jugando algún juego online o mejor aún, me quedo dormido sin tener miedo de no despertar.
Todo comenzó con una misteriosa enfermedad que apareció en el 2026, al año siguiente comenzamos a quedarnos sin agua, se lanzaron muchas alarmas, se dieron muchos consejos, pero nadie hizo caso, nunca pensamos que el agua se agotaría – que tontos fuimos.
Los líderes del mundo y las grandes corporaciones comenzaron a buscar algunas soluciones, algunos se fueron al espacio – pobres infelices; nunca regresaron – el agua del mar también se estaba agotando – debimos cuidar mejor lo que teníamos. La mayoría de científicos dejaron de lado la búsqueda de la cura de esa epidemia, y solamente tendían a bombardear cada lugar donde había registro de ella – era la vieja solución más confiable.
En poco tiempo los científicos crearon agua, un agua artificial, dijeron que pronto nos la darían y el mundo volvería a ser el mismo, en poco tiempo las guerras entre naciones comenzaron por el agua, todos querían ser los dueños de ella – los científicos demoraban mucho ¿Qué los retrasaba?
Cuando hacían las pruebas, se dieron cuenta que el agua que crearon originaba cambios, no en animales, sino en humanos, uno de sus intentos fallidos se convirtió en el fin de la humanidad como la conocíamos.
Trataron de ocultarlo, pero la verdad tarde o temprano sale a la luz, en uno de sus tantos intentos fallidos, crearon nuestra agua de vida, nuestra piedra filosofal, lo que crearon fue aquello que tanto habíamos buscado desde el principio de la humanidad. Una cura, una cura para todas aquellas enfermedades que nos habían amenazado, una cura para lo que decíamos no tener un antídoto – pobres ingenuos, intentaron ser Dios.
La probaron en todas las enfermedades, en todas tuvieron éxito, quisieron solucionar aquel problema que habían evitado; un joven, tenía apenas diez y siete años, era natural de Indonesia, vivía con su fe y era el último de su poblado, fue el primer contagiado en tener la cura milagrosa.
Nada resulto como esperaban, todo estaba bien, hasta que un día comenzaron las convulsiones y las fiebres muy elevadas, su cuerpo comenzó a cambiar, su mente comenzó a volar y entro en un estado en que no tenía razón de lo que hacía, el color de sus ojos se tornó en un rojo intenso, y en vez de palabras solo salían jadeos de su boca y un torpe caminar, poco a poco empezó a matar, algunas de sus víctimas sufrieron sus mismos cambios, una nueva especie había nacido, algunos les dicen caminantes otros simplemente muertos vivientes y yo, degolladores.
Empezó en una pequeña ciudad de Europa, quizás en Francia o España; nunca se supo quién los creo. Cuando la policía comenzó a utilizar la fuerza contra esta plaga, los pacifistas y amantes de los arboles comenzaron a protestar.
Les podías disparar y golpear cuantas veces quisieses nunca parecían morir (ya estaban muertos) su hambre parecía insaciable, y nosotros éramos parte de la cadena alimenticia. Solo quemándolos podíamos acabar con ellos, cuando la policía comenzó a bombardear las ciudades con gas sarín, los pacifistas reclamaron de nuevo y algunos gobiernos les oyeron – nos condenaron.
Los primeros en desaparecer fueron los policías y los políticos, huyeron y nos dejaron a nuestra suerte, algo sabían que nosotros no, ellos y sus familias un día solo desaparecieron. El ejército tomo las calles y al no saber diferenciar entre un infectado y una persona sana, mataban a quien pudiesen coger en sus manos.
En poco tiempo se usaron todo tipo de armas nucleares o atómicas, nada resolvía ese problema, lo único que hicieron fue matar a nuestro planeta muy rápidamente.
Los degolladores avanzaban más y más, y su número se incrementaba, el nuestro, decrecía – ¿tantas armas y no tener quien tire del gatillo?
Me llamo Alexs, tengo 35 años, era profesor de escuela técnica, no tengo hijos y vivo con lo que quera de mi familia, por un tiempo viví en Alemania, no sé si fue buena o mala suerte el haberme ido de ahí.
CONTINUARA…
Amanecer: El Comienzo – Historias y reflexiones de la vida
Elvis Eberth Huanca Machaca

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