-“Abrígate que hace frío”-dijo ese día su madre. “Y ponte una bufandita” -agregó también su padre. Mas Ramón no hizo caso y salió desabrigado, como era de esperar pescó un gran resfriado.
Era una tarde lluviosa, con frío y mucho viento. A Ramón no le importó, salió de lo más contento. En la calle se mojó, su gorrito se voló, comenzó a estornudar al rato de caminar. Cada paso un estornudo, cada estornudo un “achís”, colorada y regordeta se ponía su nariz. A Ramón no le importaba y seguía caminando y el resfriado crecía mientras él iba avanzando.
Se detuvo un momentito, se miró en una vidriera ¡No tenía buen aspecto! ¡Más vale un desastre era! Pero siguió su camino, sin paraguas, sin piloto, con la remera empapada y el pantaloncito roto. Finalmente se cansó porque bien no se sentía, decidió entonces volver porque abrigarse quería.
Llegó a su casa mojado, con fiebre y arrepentido, ya su mami lo esperaba para ponerle un abrigo. “¡Ay hijo te has enfermado!”-Dijo al verlo preocupada “¡Mira qué aspecto tienes, esto no me gusta nada!”- Ramón le pidió perdón, lo hacía de corazón pues sabía que su mami había tenido razón.
Si este pequeño ratón se hubiese abrigado, jamás habría sufrido semejante resfriado. Le pusieron una manta y un gorrito de lana, le dieron su medicina y luego se fue a la cama. Fue necesario un resfrío para aprender la lección: “Hay que escuchar a los padres”-pensó para sí Ramón. Desde ese día escuchaba y siempre obedecía, escuchaba atentamente lo que su madre decía. Feliz creció el ratoncito que gracias a un resfriado, aprendió a ser obediente, cuidadoso y educado. Jamás volvió a resfriarse, jamás se escuchó un achís, sonriente y sanito es este final feliz.
Fin
Ramón es uno de los cuentos con rimas de la escritora de cuentos infantiles Liana Castello sugerido para niños a partir de cinco años.