Hoy al despertar,
la nostalgia apoyada en mi almohada
dormía con rostro tranquilo.
El suave murmullo de su respirar
encubría la intención de poseerme,
hacerme suyo meciéndome
entre danzas de caricias
que no dejaron huella alguna
sobre mi piel.
Arrastrándome al desierto agónico
donde duermen los recuerdos,
confinados en una oscura y profunda jaula
para no volver a ser.
Fin
Poesía para adultos.