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Un nuevo rey es un cuento infantil escrito por Luis Alonso Méndez, una bella historia para niños de todas las edades.
Obligue a toda la tripulación a desembarcar, ya no puedo arrastrarlos más, esto me corresponde solo a mí, es mi última prueba, no hay más, menos, ¡Nada!, el viento del norte es terrible, pero el dolor lo merezco, merezco eso y más, ¡Dolor!, ¡Muerte!, ¡Haaaaa! Cuanto dolor he causado, si este hielo pudiera reemplazar mi sangre, esta sangre sucia, le he fallado a todos, todo mi pueblo ha sufrido por mi culpa, no tengo pretexto, los ancianos del pueblo no me han echado la culpa, dicen he sido sabio a pesar de mi juventud, los jóvenes dicen que me admiran, pero de nada me sirve, esos mismos jóvenes y guerreros que lucharon a mi lado se adelantaron a mi destino, los vi luchar con todo, vendieron su sangre al precio más alto, el sudor y la sangre se mezclaban, nuestras espadas, arcos y lanzas no se detuvieron ni un segundo, no podíamos detenernos, no podíamos dejar que ellos arrasaran con nuestras familias.
-¡Se ha roto una vela!, no, no puede ser, debo llegar a mi destino, debo llegar al altar para dar mi vida, dar mi vida en sacrificio, la sangre de mis heridas se ha congelado, el hielo que flota en mar me recuerda que moriré pronto, impactaran contra el barco rompiendo el casco, las ráfagas de viento hacen pedazos la velas, hay hielo en la cubierta, nieve en la proa, las cofas parecen caerse por el peso de la nieve, me aferró al timón observando el horizonte, es hermoso el mar, el hielo, las nubes, mi tumba de hielo me espera.
¡Lo entregue todo!, utilice todo a mi alcance, entrene desde niño, estudie las leyendas de los guerreros, aprendí a curar, aprendí a matar, estoy entrenado para meditar, concentrarme al máximo para tomar la mejor decisión, yo sabía, ¡Yo sabía! Que algún día llegaría esto, es la única manera para volver fuerte al próximo rey, así como yo, los antiguos guerreros forman parte de mi soy la reencarnación de ellos, soy el alma vida de generaciones, muchas de ellas enfrentaron grandes batallas, derrotas y re surgieron, nuestras raza es guerra, lucharemos siempre ante los enemigos, no dejaremos que nos arrebaten la paz, no me arrodillare ante otro rey injusto, nadie del pueblo lo hará., he tomado la decisión de entregar mi vida, entregar mi vida para que surja un nuevo rey, un nuevo rey para que reencarne en él, reencarnare junto a mi ancestros, nuestro pueblo resurgirá.
Fueron quince invasiones la que destruí, utilice las tácticas de guerra, astucia, fuerza y valor, mi palabra era la guía para mi pueblo, en mis manos estaba la vida de todos, tuve batallas terribles, tuve traiciones, pero esta ultima me sobrepaso, sobrepaso a todos, tal vez sea una señal de los Dioses para que retomemos nuestros caminos, por eso nos castigan, ¡Me castigan!, por eso fuimos vencidos. Eran tantos, incontables, la batalla inicio al amanecer, estábamos en la colina, yo los guerreros, la estrategia de batalla estaba hecha, gracias a ella algunos lograron sobrevivir, con los primeros rayos del sol ambos ejércitos se miraban cara a cara, los gritos de guerra era eufóricos, el sonar de las espadas en contra de los escudos alentaba los corazones, mi sangre ardía, la espada estaba lista para romper el silencio, el horizonte estaba cubierto por el enemigo, no se observaba el final del ejercito invasor, era intimidador, nadie dio un paso atrás, incluso el viento helado se volvió un espectador de la batalla, una fina capa de nieve cambio de blanco a rojo, nuestras armaduras con listones rojos para engañar al enemigo, para no mostrar la sangre real, para mostrar nuestro fuego, fuego que nos lleva a dar la ultima gota en batalla. ¡Ataquen!, el enemigo dio el primer paso, utilizamos armas y astucia, las olas de invasores eran continuas, no tenían fin, flechas, lanzas, bolas de fuero, espadas, hachas, cuchillos, rocas, carruajes de batalla, vi caer a muchos amigos, hermanos, mi pueblo estaba muriendo poco a poco, el cansancio era terrible, el vencedor se inició a observar al estar el sol sobre nuestras cabezas, ordene al ultimo general vivo -¡vuelve y dele al pueblo que huyan!- no renegó la orden, nuestra derrota era inminente, habían muchos muertos, y el enemigo continuaba su avance, no era posible detenerlos más, tuvimos que iniciar la retirada.
Medio centenar de guerreros me acompaño, el general me informo que el pueblo había partido, que los niños estaban a salvo, el enemigo entro a nuestro pueblo y destruyo todo, destruyo todo lo material, pero nuestros espíritus están vivos, vivos en espera de nuevo rey, un nuevo guerrero que devuelva la paz a nuestro pueblo y los una, dentro de esos niños, uno de ellos recibirá mi espíritu, recibirá los espíritus de los antiguos reyes.
¡voy en búsqueda del Dios del mar! Voy a entregarle mi vida a cambio de entregar a mi pueblo un nuevo rey, una nueva esperanza, ¡Falle!, merezco mi castigo, entregare mi vida, he navegado hacia los Dioses, el mar de hielo es su hogar, su templo esta cubierto de hielo, mi tumba será de hielo, estoy herido de muerte, moriré pronto, ¡Ho Dioses!, tomen mi vida, ¡Tómenla!, entreguen al nuevo rey al pueblo, te lo rogamos, todos los reyes que unimos nuestros espíritus de lo imploramos, entrega un nuevo rey.
Al fin, el hielo hace pedazos el casco, me hundiré, el hielo fundirá mi sangre, la nieve borrara mi rastro, el mar se congelará sellando mi tumba hundida en el mar, los Dioses me han escuchado, entregaran un nuevo rey, tomaran mi vida, ¡Un nuevo rey!
Un nuevo rey es un cuento infantil escrito por Luis Alonso Méndez, una bella historia para niños de todas las edades.

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