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Conservación de los suelos

Conservación de los suelos

Conservación de los suelos. Entrevista al Ing. Roberto Michelena.

A partir del año 1963, en conmemoración de la intensa labor del Dr. Hugh Hammond Bennet para la toma de conciencia global sobre el valor de las tierras para desarrollo el desarrollo humano, la República Argentina adopta una fecha distintiva para difundir, concientizar y resolver las diferentes problemáticas relacionadas a nuestros variados suelos.

En muy poco tiempo nos tocará vivir el 50° aniversario de esta celebración, por ese motivo, desde Fundación Agreste consideramos que comienza un momento clave para realizar una profunda critica sobre la manera en que utilizamos nuestras tierras.

De la misma manera, se nos plantea un panorama ideal para planificar, desarrollar y proyectar iniciativas concretas de mejora de las prácticas relacionadas con el uso de los suelos.

En esta ocasión, nos ocuparemos de un factor indispensable en la utilización sustentable de cualquier suelo: la Administración del Recurso Hídrico. Como bien sabemos, extensas regiones de nuestro país presentan una deficiente distribución hídrica, viéndose atados a los azarosos regimenes climáticos.

El Ing. Roberto Michelena, Coordinador del Área Edafología, del Instituto de Suelos del INTA, lleva adelante en la actualidad un novedoso proyecto relacionado a la Administración del recurso. Por medio de esta breve entrevista, tenemos el agrado recibir la explicación de sus características principales:

¿Cuáles son los intereses INTA con respecto a los suelos?

Los objetivos del INTA y del Instituto del Suelos son varios: describir los suelos y estudiar su distribución geográfica, clasificarlos desde el punto de vista taxonómico, evaluar su capacidad productiva para distintos usos, y establecer el uso y manejo que asegure su conservación en el marco de un sistema productivo sustentable. Los proyectos del INTA tienen en cuenta la conservación integral de los recursos agua, suelo y vegetación.

¿Cómo nace el proyecto? ¿Cuál es su objetivo?

Teniendo en cuenta que el 60% de la superficie nacional es de clima árido, el 15% de clima semiárido y el 25 % de clima húmedo, el 75% del país tiene deficiencias de lluvias. De aquí nace la necesidad de aprovechar al máximo el agua precipitada a través de un manejo de las tierras en secano (sin riego).

La lluvia aporta grandes volúmenes de agua considerando que 1 mm de lluvia equivale a 1 litro por metro cuadrado, teniendo 10 metros cúbicos por hectárea. De esta manera en la gran región semiárida Pampeana y Chaqueña con lluvias entre 600-800 mm/año el aporte es de 6.000-8.000 m3/ha de agua.

El proyecto nacional de investigación INTA AEGA 224012 “Evaluación de la dinámica del agua pluvial de los suelos con intensificación agrícola de la Región Chaco Pampeana” con sede en el Instituto de Suelos del INTA Castelar, surge de la necesidad del aprovechamiento del agua de lluvia teniendo en cuenta que en las regiones semiáridas del país hay deficiencias de agua para la producción de cultivos. Inclusive en las regiones húmedas como la Región Pampeana a pasar de tener lluvias anuales de alrededor de 1000 mm, hay períodos de floración de algunos cultivos donde la lluvia no es la suficiente para asegurar el rendimiento final ó no se la aprovecha adecuadamente.

En la etapa de aprovechamiento del agua de lluvia hay 4 etapas: Captación, almacenamiento en el suelo, conservación y uso del agua. En cada una de ellas hay pérdidas de agua por escurrimiento y evaporación.

En algunos suelos muy degradados por su mal manejo, el 80 ó 90% del agua de lluvia puede perderse por escurrimiento superficial en las tierras en pendiente. En estos casos sólo el 10 ó 20 % del agua se infiltra en el suelo para su posterior aprovechamiento para los cultivos.

¿Cuál es su alcance de aplicación?

El alcance de aplicación es en casi todo el país, en las tierras de secano, exceptuando las áreas de riego que sólo cubren el 2-3%. Las regiones mas beneficiadas con este proyecto son las semiáridas donde el buen manejo del agua permite asegurar el cultivo y tener mejores rendimientos.

También se deben incluir las regiones húmedas donde existan períodos en el año con escasas lluvias y altas exigencia de los cultivos. En las regiones áridas el mayor aprovechamiento en las partes altas, reducen los peligros de anegamientos e inundaciones en las áreas más bajas.

¿Cuáles son las perspectivas a futuro?

El agua es el elemento principal de la producción agropecuaria. Todos los vegetales consumen grandes cantidades de agua para producir biomasa y granos. Un cultivo de maíz ó de soja pueden consumir entre 500-600 mm de agua durante su ciclo de acuerdo al rendimiento. Considerando el enorme aporte de agua que constituyen las lluvias es imprescindible aprovecharlas al máximo, aumentando la infiltración en los suelos y disminuyendo las pérdidas.

El INTA cuenta con tecnologías adecuadas para lograrlo como por ejemplo, la siembra directa, cultivo en contorno (con ó sin terrazas), labranzas conservacionistas (labranza vertical, labranza mínima) y rotación de cultivos.

Para solicitar mayor información:

Fundación Agreste – [email protected] Tel./Fax: +54-11-4952-8843

www.agreste.org

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