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Resiliencia de las costumbres

Resiliencia de las costumbres

Resiliencia de las costumbres. Gladys Gutiérrez Fernández. Reflexión sobre las costumbres humanas y sobre el cuidado del planeta.

Días atrás tuve la oportunidad de ver por el cable un debate televisivo, donde se reunieron un grupo de pensadores en diversas áreas del conocimiento debatiendo sobre qué pasará con el planeta.Estos señores, que bien tenían aspecto de los caballeros templarios, argumentaban, dando cada uno su punto de vista respecto de lo que nos está quedando de nuestro planeta LA TIERRA.

Mucho se ha escrito también al respecto, Cómo cuidamos este suelo que nos sostiene. Qué le aportamos para que nos siga prodigando los alimentos y sus sales benéficas. De qué manera somos capaces de generar cambios que mitiguen, al menos, tanta destrucción. Somos nosotros generadores del deterioro de la capa de ozono, y tantas otras calamidades que están viniendo como torrentes sobre los lechos marinos.

Interrogantes que nos llevan a pensar que pasamos por un proceso cíclico en donde toda subsistencia se encadena uno a otro provocando este bienestar o malestar dentro de la especie humana. Es interesante constatar que los grandes pensadores de nuestra era se están preguntando y dando respuestas concretas de lo que pasará, dicen este año 2012, (profecías) y del resto que nos queda de existencia en la faz de la tierra.

De ahí, surgió la palabra Resiliencia de las costumbres.

¿Qué se quiere decir con esto? Algo interesante y que dependerá de la actitud que tengamos todos los seres humanos que conformamos este planeta y que por añadidura, desde luego, nadie está demás en él, sino que están para colaborar, para protegernos los unos a los otros y hacer prevalecer el cuidado por la naturaleza. Como decía, “Resilienciar las costumbres” pasa simplemente por valorar los recursos naturales.

Como ejemplo, el más vital de los elementos EL AGUA, sin ella no alcanzamos a vivir dos días, comenzando a marchitarse todo cuanto nos rodea; de ella generamos la luz, otro elemento que nos permite provocar el desarrollo industrial y tecnológico y de los cuales estamos muy impregnados y atados; sin luz no tendremos riquezas para sostener la economía y comerciar con los países, ofreciendo lo que es propio de cada territorio. A esto de la luz, se le agrega, el cuidado de la flora y fauna.

Qué poca importancia le damos a este otro factor de la naturaleza, cómo podremos sobrevivir, si día a día, aparecen incendios provocados por el hombre, los árboles que tan inocentemente encontramos en la calle de nuestra ciudad, en el parque y otros espacios, los miramos sin percibir su magnificencia, su entrega, el purificar nuestra atmósfera, etc.

Ahora bien, respecto de la especie humana, o sea, nosotros, ¿Cuánto daño nos hacemos día a día? … prejuicios, rabias acumuladas que desembocan en un asesinato o un derramamiento de sangre ya sea por las guerras entre países fanáticos por las religiones o bien la codicia de tener lo que otros tienen en bienes materiales.

Pero por lo que nadie lucha o al menos la minoría es respecto de la espiritualidad consigo mismo. Cuando tenemos fe en nuestro actuar, nuestras actitudes, generamos un ambiente de armonía y bienestar junto a nuestros hermanos. Resumiendo, entonces, podemos decir que resilienciar las costumbres es hacer un cambio de actitud de las actividades que hacemos a diario para que de esta manera no se generen grandes gastos o despilfarros que afectarán prontamente a nuestro planeta.

Como ejemplo, sólo una muestra, para que comprendan el sentido estricto de este concepto, cada vez que ingerimos alimentos nos lavamos los dientes, un acto que toda la humanidad realiza, pero hay algo que hace la diferencia, muchos dejan correr este vital elementos con el grifo abierto mientras van cepillando sus dientes, ¿por qué entonces, no revertimos el acto? Abra el grifo, moje el cepillo, luego cierre, aplique la pasta dentífrica y cepille por algunos minutos hasta haber dejado limpio cada zona de su dentadura, luego, abra nuevamente el grifo, lave el cepillo y enjuague su boca, tan simple y ya reservaremos unos buenos litros de agua para que sirvan a otros fines.

Y así, podemos enumerar diversos actos que hacemos por costumbre y que siempre caemos en el derroche, despilfarro, mal uso de los elementos vitales que nos servirán para conservar el planeta. Resiliencia de las costumbres también pasa por nuestra forma de pensar.

Les dejo esta inquietud para que nos revisemos y veamos que hacemos mal y por qué, buscando mejorar, dando soluciones asertivas para nuestro bien vivir.

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