Saltar al contenido

Por Julio César Vergara. Consultor Psicológico

Soltar amarras

Soltar amarras

A menudo escuchamos o nosotros mismos decimos “el sujeto”, y damos por sobreentendido que es lo que queremos significar con esa palabra.

Usualmente se trata de un individuo de cualquier condición, edad, color, raza o religión. Un sujeto es alguien. Una persona.

Hilando un poco mas fino, el sujeto se diferencia del OBJETO precisamente por su condición humana. A fin de profundizar acerca de esta diferencia podemos buscar información en distintos autores y distintas ramas del pensamiento y de la ciencia. Platón, Descartes, Hume, Locke, Kant, Russell y tantos otros. Sin embargo, durante la práctica de la asistencia psicológica en Counseling pude acceder a una visión diferente de la palabra SUJETO.

A partir de frases tales como:

– Es parte de mi historia…

– En mi familia siempre fue así…

– ¡Mi viejo era igual!

– Nunca pude cambiar eso…

– Siempre me dijeron que… etc.

Releyendo estas frases es posible pensar en la palabra sujeto como un mecanismo de sujeción. Sujeción al pasado, a determinadas personas, a tabúes o normas estrictas, a modos de vivir, a sus miedos.

Y este estado de sujeción, de amarre, es a menudo el obstáculo más difícil de resolver en términos de desarrollo personal. Son demasiadas ataduras las que limitan el movimiento o lo condicionan.

Y es que no somos libres cuando estamos tan “SUJETOS”.

No es infrecuente que estas SUJECIONES sean también una excusa permanente para no hacer, o bien para intentar excusar lo hecho. Siempre el responsable es “EL OTRO” o “AQUELLO”.

El otro puede ser un tatarabuelo que al llegar a América hace mas de cien años haya prosperado no sin esfuerzo y privaciones. Probablemente ese esfuerzo y esas privaciones legitimen de alguna manera el accionar de un tataranieto que se hace adicto al trabajo o por el contrario se frustra permanentemente frente a una realidad que le es hostil o sencillamente que no está acorde al área de sus competencias.

En el último de los casos la presión ejercida por el entorno en relación al deber ser puede convertirse en una verdadera tortura y fuente inagotable de frustración.

Suele ocurrir que las personas creen firmemente el mandato del entorno y hacia allí van sin siquiera detenerse un segundo y repensar si ese es efectivamente el camino que quiere seguir.

Está SUJETO a su historia, a su entorno, a sus propios miedos. Nunca más SUJETO que entonces.

Cuando acompañamos en la consulta a individuos que son víctimas de estas SUJECIONES, a medida que el proceso de cambio se va desarrollando es posible notar como con un poco de ayuda ellos mismos van tomando registro de las mismas y muchas veces se muestran sorprendidos al ver claramente la dinámica de este accionar y la forma en que impactaron en muchas de sus decisiones.

Se le atribuye a Henry Ford (y esto carece de importancia) una frase que dice mas o menos así:

“todo lo que un hombre puede hacer, todos los hombres pueden hacerlo”

Y eso no es cierto teniendo en cuenta que también existe el factor “DESEO”.

Para que un hombre pueda hacer una tarea, sobretodo una tarea de manifiesta dificultad, este hombre debe dejar de ESTAR SUJETO, pero en los términos de este análisis. Debe estar “SUELTO”.

Es preciso que rompa con las ataduras a fin de poder moverse con libertad y poder ser eficaz en sus acciones.

Cualquiera sea la disyuntiva o el obstáculo, una de las tareas del Counselor es poner en evidencia estas ataduras y que sea el consultante quien decida si quiere desanudarlas o no. Y cómo.

No hay edad ni momento para que esto sea posible. Siempre es, no solo posible, sino también imprescindible descubrir cuales son las ataduras que dificultan el camino. No importa cuantas veces se haya tropezado con la misma piedra. Una vez que entendemos el mecanismo y decidimos cambiar es posible reemplazar las respuestas automáticas y repetitivas por otras más creativas y eficientes.

Para eso, hay que dejar de estar tan SUJETO.

Y soltar amarras

Consultor Julio César Vergara
[email protected]

Soltar amarras es un texto enviado por el Psicólogo y Consultor Julio César Vergara a EnCuentos.

5/5 - (1 voto)

Por favor, ¡Comparte!



Por favor, deja algunos comentarios

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *