Jugar solo, ¿Es bueno para el niño?
Están concentrados, como si estuvieran “en su mundo”. Y las madres o adultos cuidadores a veces se preocupan, creen que están aburridos y, entonces, van a jugar con ellos. ¿Jugar solo es bueno para el niño?
Pero, por el contrario, hay algo fundamental en el desarrollo de la persona que es la posibilidad de estar sola, es lo que Donald Winnicott señalaba como la capacidad de estar solo en presencia de otros.
Los adultos (madre, padre, abuelos, tíos, maestros y cuidadores) tenemos la obligación de acompañar dicho proceso que es algo relativo al jugar y a la formación del ser.
Winnicott sostenía que el armado de la autonomía se construye durante el juego, es en el espacio lúdico donde se hacen los ejercicios activos de estar pegados a los otros y a la vez separados.
Según este reconocido pediatra y psicoanalista inglés, el niño pasa de la dependencia absoluta cuando es un bebé recién nacido, luego atraviesa la etapa de la dependencia relativa hasta llegar a desarrollar la capacidad de estar solo.
El chico tiene que pasar por esa instancia de encontrarse con él mismo y no solo debe soportarlo, también debe disfrutarlo. De ahí que durante el juego pueda pasar por este lugar de concentrarse en él y al mismo tiempo contar con la presencia de un adulto.
La presencia de un mayor puede ser física, visual o auditiva.
No necesariamente hay que estar en el mismo ambiente, sí el niño tiene registro de esa presencia cuidadora.
Con esto el chico aprende que la otra persona está y puede irse, algo que se practica en entretenimientos como la escondida, que la mamá se tape la cara con las manos, esconderse detrás de la cortina y más.
En todo momento los adultos acompañan a los chicos en el proceso que los lleva a romper la presunción omnipotente que tiene naturalmente, rompen con la idea de que ellos y el mundo son lo mismo, y de que, además, lo manejan. Es obligación de los mayores responsables ir marcándoles los pasajes de etapa.
El antropólogo francés Lévi-Strauss marcaba que la exogamia se realiza portando la cultura familiar. Es ir en busca de los otros, de culturas diferentes pero portando la de la propia familia. Si los chicos no realizan esta salida, están en riesgo psíquico, cultural y físico.