Saltar al contenido

La vida me contó un secreto
para revelarlo en dos días.

El uno, me vio crecer.
El otro, me vio morir.

Crecí entre rosales y madreselvas
entre juncos y enredaderas.

Tropezando por cañaverales, obscuros,
de un verdor enfermante.

Crecí, corriendo del fiero león
y de su mirada, que clavándome estaban.

Crecí, corrí,
y postrándome en mi lecho,
me vi morir.

Fui muriendo con mis ropas de joven,
con el corazón marchitándose
con el dolor, el llanto y la pena.

Fui muriendo de a poco,
porque tenía que ser
como me habían contado el secreto.

Pasaron los días
que la vida me había revelado,
encontrando que todo continuaba,
y se repetía,
en dos días, lo mismo.

Fin

Califica esta entrada

Por favor, ¡Comparte!



Por favor, deja algunos comentarios

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Recibe nuevo contenido en tu E-mail

Ingrese su dirección de correo electrónico para recibir nuestro nuevo contenido en su casilla de e-mail.



Descubre más desde EnCuentos

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo