Por Cecilia Maurig. Poemas infantiles.
Pan y cebolla. Poesía de. Poemas. Poesía para niños. Poesía infantil. Poesía de piratas. Material educativo.
Pan y cebolla
Un galeón que se reía
en profundidad azul,
escondía aquel baúl
tan buscado por piratas.
Ojo, pañuelo y muñón
gruñe detrás de la vela
-¿Por qué el mar embriagador
me confunde con embates,
y con berrinches de oleaje
no deja mi barco en paz?
Enojado como estaba,
no notó mientras gritaba
que una criatura encantada
lo miraba deslumbrada.
-Hombre de un solo ojo,
ni cíclope ni kraken.
No es de esta fauna marina,
tampoco elfo del prado,
si usa dientes dorados
tal vez sea algún hado
que por descuido, perdido,
amaneció en el navío.
-¿Necesitará mi ayuda
o un cortejo de sirenas
más delicadas y buenas
ya lo habrán enamorado?
La nereida pensativa,
soñaba una casa alpina
en profundidad marina
con ese ser tan extraño,
original y ermitaño.
Cuando lo vio sumergirse
con escafandra plateada,
creyó ver concretada
su fantasía nupcial.
_¡Ya me vio!
¡Viene a buscarme,
y yo sin maquillarme!
No importa, el amor es ciego,
yo no tengo buena vista
y él no precisa oculista.
Lo llevaré a conocer
mi casa entre los corales,
aunque modesta y acuosa
nos dará una vida hermosa.
Si quiere hacerme un regalo,
voy a elegir unos aros
que sirvan de compromiso
a tan fulminante hechizo.
La ninfa monologaba
y a las algas agotaba.
-Todos los días un cuento
con tanto náufrago suelto...
Ya el buceador se acercaba
al galeón que se irritaba,
ya el cofre divisaba,
ya saboreaba riquezas...
cuando entre burbuja y burbuja
la nereida le dibuja
una sonrisa rosada
y lo abraza ilusionada.
Flotando bailan felices
entre bosques de arrecifes.
Pirata ya suavizado,
le regala aros dorados.
Fin
Autora: Cecilia Maurig