Cómo clavan
los otoños
sobre mis sienes
y el corazón me duele todavía.
Quisiera,
por instantes,
acurrucar mi alma
al fuego encendido por mis niños
y contarles mis penas
mis secretos fracasos,
pero no me está permitido.
Fin
Cómo clavan
los otoños
sobre mis sienes
y el corazón me duele todavía.
Quisiera,
por instantes,
acurrucar mi alma
al fuego encendido por mis niños
y contarles mis penas
mis secretos fracasos,
pero no me está permitido.
Fin