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Al despertar cada día
por instantes
miro mi ventana.

Y sorprendiéndome,
mis ojos reflexionan
¡Sí!, hay luz tras los cristales.

¡Cómo mi ventana
se ha ensombrecido!
hurgo, limpio y pinto mi ventana.

Coloco en ella
los más bellos colores
y en sus cortinas
tu nombre, he bordado.
Pero sin siquiera percatarme
Luego pregunto:
¿Por qué mi ventana se ha ensombrecido?

Le pregunto al sendero recorrido
y vuelve nuevamente
a salpicar de rocío mi ventana.

Por momentos he querido
romper todos sus cristales,
pero, luego pienso,
no es ella la que ha ensombrecido
mi existencia
sino las circunstancias de la vida
le han ensombrecido sus cristales.

Fin

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