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Poemas a mi perrito 🐶 5 poemas para agasajar a la pequeña mascota de la casa 🐕

Mi perrito. Mayda Alejandra Villalba, escritora Estadounidense. Poesía sobre mascotas.

Cuidemos de nuestros niños y nuestras mascotas, no permitiendoles jugar en la via publica.

Mi perrito

Diminuto, el perrito que no quería crecer - Cuento educativo

El Perrito que yo tengo,
Es alegre y juguetón,
Se divierte con los niños,
Y se aprende la lección,

De no correr en la calle,
De no jugar en la vía,
Para que todos los días,
Con entusiasmo y pasión,

Puedan todos los niñitos,
Jugar con ese perrito,
Tan alegre y juguetón.

Fin

Un perro de malas pulgas. Marisa Alonso Santamaría, escritora española. Poemas infantiles Poema de la Serie “Son Poemas Infantiles para Grandes y Pequeñines”

Un perro de malas pulgas

Con fama de malas pulgas
un perrito, pekinés
tiene envidia del tamaño
de un perrito gran danés.

Cuando pasa por su lado
aún se siente más pequeño,
y siempre refunfuñando
le insulta y se va corriendo.

El perro danés le dice
que no lo puede entender,
¡él no eligió su tamaño
se lo dieron al nacer!

Y se va de allí muy triste
intentando comprender,
que alguien por su tamaño
no quiera acercarse a él.

Fin

Hay un perrito es uno de los bellos poemas cortos que rimen para niños escrito por Marisa Alonso Santamaria, un poema didáctico para niños.

Hay un perrito

Hay un perrito en mi puerta
un pequeño pequinés,
mueve nervioso el rabito
ahí detrás ¿no lo ves?

¡Ay!, que se pilla la cola
¡Ay!, que ha pegado un traspiés,
ladra y ladra mi perrito,
mi pequeño pequinés.

Hay un perrito ladrando
ahí detrás ¿no lo ves?
¡Ay!, viene a jugar conmigo
¡Ay!, que me lame los pies.

Fin

Pecoso, de Marisa Alonso Santamaría.

Pecoso

“Quiero adoptar un perrito”
dice Inés a sus papás,
yo le daré de comer
y sacaré a pasear.

Cómo es una niña buena
alegre y muy obediente,
sus padres van a buscarlo
a la mañana siguiente.

Cuando llega del colegio
Inés tiene una sorpresa,
ha visto que algo se mueve
tras las patas de la mesa.

Oye un gemido lejano,
su corazón late fuerte,
¿Será lo que está pensando?
Ve a sus padres sonrientes.

¡Es un perrito precioso!
Inés con mucho cuidado,
le acaricia susurrándole
y se ha tumbado a su lado.

Tiene el cuerpecito blanco
la cara llena de pecas,
pero le quiere al momento
a pesar de ésta rareza.

Sus padres ven muy contentos,
cómo cuida de Pecoso,
les gusta el nombre del perro
y se sienten orgullosos.

Fin

La Viajera (Andrés, el perrito) es uno de los poemas con rima de la colección poemas infantiles de Javier Cerdán Ruiz sugerido para niños a partir de ocho años.

La Viajera (Andrés, el perrito)

A finales de otoño… en la mañana,
después de entrar al baño con desgana
y asearse… Andrés trota ya por el prado
entre la verde hierba, de lado a lado,
persiguiendo a una bella mariposa
en su vuelo discontinuo… “¡qué cosa!,
¡cómo vuela!”, pensó, “¡parece tonta!,
sube, se deja caer… luego remonta”.

Viendo que la sigue… ella se divierte.
Su vuelo, Andrés… en saltos los convierte.

“¡Qué perrito tan mono y divertido!,
¡qué juguetón!... ¿de dónde habrá salido?
Parece majo… y quiero conocerlo,
descansaré un ratito para verlo”.

En un solitario árbol aterriza.
Al poco, Andrés llega corriendo… “¡Atiza!,

¿por qué paras?... ¿no quieres jugar más?”
Mariposa ---Espera… espera un poquito y verás,
que en la sombra se está de maravilla.
Además… no soy ninguna chiquilla,
y volar jugueteando me fatiga.

Andrés --- ¡Qué bonita eres!... ¿quieres ser mi amiga?
Mariposa ----Gracias, claro que sí… eres un encanto,
mucho hace que no disfrutaba tanto.
Yo soy María, ¿tú… cómo te llamas?

Andrés ----- De saber tu nombre tenía ganas.
Por aquí todos me llaman Andrés
y dicen… que todo lo hago al revés.
Nunca te había visto… ¿vives cerca?

María ---- Es una larga historia… soy muy terca,
mucho… vuelo desde el amanecer
continuamente hasta el anochecer.

Andrés ---- ¿Y… por qué no te entretienes jugando?
María ----- Es por el frío… que viene hostigando,
si dejo que me alcance estoy perdida,
tanto… que me puede costar la vida.

Andrés ---- El frío tampoco me gusta, pero…
entro en la caseta y me tapo entero.

María ------ Tienes caseta… seguro que fuerte,
ojala tendría la misma suerte.
Dónde yo nací el invierno es terrible,
cuando llega… la vida es imposible.

Tenemos que viajar a otra comarca
todas las de mi especie… las “monarca”,
en un vuelo largo… muy, muy largo.

Andrés ---- ¡Caramba, qué jaleo!... ya me hago cargo.

María ---- Pues llegué al anochecer agotada,
y he dormido bien… pero estoy cansada.

Andrés ---- Oye… me alegro de tener vecina
para jugar aquí o por la colina,
¿te apetece?... di que sí, por favor.
María ----- Por supuesto… porque eres un amor.

Y… aprovechar los momentos es bueno,
que luego se van pronto… como un trueno.

Andrés ---- Pero… ¿no te quedas?, ¿te marcharás?,
y… si no te encuentro, ¿dónde estarás?
María ----- ¡Qué listo eres!... volveré en primavera
a mi casa… con la familia entera.

Andrés ---- No, no te vayas… no hagas la maleta,
¡qué pena!... yo te dejo mi caseta.

María ----- ¡Qué lindo!... aunque tendré que irme a la fuerza,
la que manda aquí es la naturaleza.

Pero aún falta mucho… juguemos
mientras tanto, que luego ya veremos.
También, te contaré otras muchas cosas,
increíbles pero, ciertas… milagrosas.

Y… palmeando sus alas de colores,
se fue volando cerca de las flores,
seguida por Andrés… que saltando iba,
tropezando por mirar siempre arriba.

Fin

La Viajera (Andrés, el perrito) es uno de los poemas con rima de la colección poemas infantiles de Javier Cerdán Ruiz sugerido para niños a partir de ocho años.

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