En un huerto de lechugas
se encontraba Mariquita,
buscando sus puntos negros
cerca de una margarita.
Halló uno en el camino,
otro cerca de una flor,
el viento sopló con fuerza
y con él se los llevó.
Más tarde cerca del río
otros tres puntos halló,
aún le faltaba uno,
y desolada lloró.
Pasó por allí un gorrión,
que curioso preguntó,
y Mariquita su historia
al momento le contó.
Y volando el pajarito
por todos sitios buscó,
sobre una rana blanca,
desde lo alto lo vio.
“Ranita, eso que tienes
adornando tu piel blanca,
pertenece a Mariquita
que llora junto a otra charca”.
Pensativa la ranita
al momento razonó,
aquel punto no era suyo
aunque le hiciera ilusión.
De su piel con gran cuidado
el puntito despegó,
tirando con gran esfuerzo
al gorrión lo devolvió.
El gorrión voló de vuelta,
y a Mariquita encontró
todavía pesarosa,
buscando a su alrededor.
¡Mariquita! dijo en alto,
y hacia el pájaro miró,
y al ver lo que le traía
al gorrión fuerte abrazó.
Fin.
Poema sugerido para niños de cinco a seis años.