Sentado después de almuerzo,
reposando alguna siesta.
Viendo pasar los niños
que transitaban en esos días.
Los recuerdos se presentaban,
de su familia grande.
Iluminándose sus ojos,
brillantes,
resaltaban su color verde claro.
Con el dorso de su mano, restregábalos,
dando a entender
que las nubes pasaron
bordeando el río.
Ahí, meciéndose,
recordando su familia grande.
Fin
Poesía sugerida para jóvenes y adultos