La Marmota
La Marmota. Poesías.
A una marmota aburrida,
invitaron a una fiesta,
con la sola condición
de que disfrazada fuera.
Iban a hacer un concurso
todo el mundo disfrazado,
el primero ganaría
un gran viaje a Chicago.
La marmota entusiasmada
ha empezado a imaginar,
como poder disfrazarse
para el concurso ganar.
Primero piensa ir de monja,
de pirata o tirolés,
después de payaso tonto
con su guitarra al revés.
De torero, mejicano
de mujer de mala vida,
de extraterrestre de Marte,
de banquero con perilla.
Sigue pensando nerviosa
de que se va a disfrazar,
una luz en su cabeza
se acaba de iluminar:
Va a vestirse de flamenca,
con vestido de lunares,
unos bonitos zapatos,
castañuelas y collares.
Con una hoja gigante
un vestido de volantes,
con lunares amarillos
con pétalos, muy sencillo.
Un gran moño con peineta
ella se hace pizpireta,
con una púa de erizo
la sujeta a su cabeza.
Con unas lianas finas
se hace pulseras divinas,
con concha de caracol
dos zapatos de charol.
Los pendientes son dos piñas
la quedan de maravilla,
y faltan las castañuelas
éstas tiene de su abuela.
De camino hacia la fiesta,
corriendo, llena de gozo
chocándose con un tronco
ha resbalado a un gran pozo.
Con la peineta de lado,
y gran dolor en el rabo,
los lunares del vestido
con la caída han volado.
Las pulseras, enredadas
los zapatos, desastrosos
los volantes con jirones,
las castañuelas se han roto.
La marmota deprimida dolorida,
allá en lo hondo
ha visto con gran tristeza
todo su gozo en un pozo.
Fin
De la serie “Cuentos Entretenidos para días aburridos”.