La luna y el tigre
Cansada de mirar desde arriba
y sin importarle lo que perdería
decidió un día tener una aventurilla
acompañada tan solo de su valentía.
Lentamente del cielo se iba escabullendo
mientras que en el suelo comenzaba el estruendo.
Sin embargo fue sorprendida por alguien
que la había estado observando
y se la tragó como jugando.
Desde que se zampó aquel bocado
lo llaman “Tigre alunado”,
pues corre de aquí para allá
y destroza lo que a su paso haya.
Sus amigos y vecinos una fogata
con palo santo le han preparado
y a golpe de varias palmadas
en su barriga abultada
harán que la traviesa salga disparada
y regrese a iluminar su morada.
Fin
Poema de animales sugerido para niños a partir de seis años.