La gata maliciosa
Me gustaría ayudarte,
dijo el ratón a la gata,
pero siempre que lo he hecho,
meto hasta dentro la pata.
Después siempre me arrepiento,
no eres nada agradecida,
pues pasadas pocas horas
me buscas como comida.
Anduvo unos pocos metros
dando la espalda a la gata,
que maullaba malherida
atrapada por la pata.
Ratón de buen corazón
al momento se volvió,
y sin pensarlo dos veces
a liberarla probó.
Comenzó a roer la cuerda,
que la tenía apresada,
toda la noche royendo
hasta que fue liberada.
“No olvidaré tu ayuda”
dijo la gata al ratón,
y volviéndose de espaldas
maliciosa sonrió.