Sus sueños
despertaron el canto
de la alondra.
Su espalda curvada
mi corazón se asombra.
Por años transcurridos,
en su semblante,
un rayo de luz
despertaba su rostro.
Curiosidades de la vida,
me dije,
por su integridad
que seguía intacta.
Fin
Poesía sugerida para jóvenes y adultos