Saltar al contenido

El viaje de dragoncito. Poesía infantil. Poesía juvenil. Poemas infantiles.

los cinco horribles de wolf erlbruch

Dragoncito se despertó,
la caverna estaba fría y solitaria,
y bostezó tres veces:
una para encender la hoguera
en la pira refractaria,
otra para ahuyentar el sueño,
otra para probar su fortaleza.

Rápidamente
consumió su desayuno
de bayas frescas y hierbas aromáticas,
y desplegando el vuelo viajó
por cielos amplios y campiñas fantásticas.

Decidió visitar a sus parientes
de la aldea vecina,
pero al volar por sobre las vertientes
del poderoso río,
escuchó el llanto de los niños
que lloraban de frío.

Generoso,
su calor difundió por cien hogares,
y sofocó más tarde cien incendios
feroces y devastadores,
guardando  en su maleta
las temibles hogueras.

Después siguió la costa ribereña
perdiéndose en los vendavales.
sobrevoló ciudades góticas
de  inaccesibles  torres,
y en un castillo, al borde del acantilado
saludó a una princesa solitaria.

Hambriento y extenuado,
al filo del crepúsculo,
ya no pensaba en visitar a sus parientes
de la aldea vecina.

Dragoncito aterrizó
por fin en la cueva de un amigo,
y al saludarse generaron
un incendio de proporciones gigantescas.

al final acordaron
que nada es más interesante,
que compartir con un amigo
una rica merienda
de bayas frescas y hierbas aromáticas.

Autora: Dora Leonor Ponce

Califica esta entrada

Por favor, ¡Comparte!



Por favor, deja algunos comentarios

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Recibe nuevo contenido en tu E-mail

Ingrese su dirección de correo electrónico para recibir nuestro nuevo contenido en su casilla de e-mail.



Descubre más desde EnCuentos

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo