La niña perdió un pendiente
jugando en su habitación,
cuando se marchó a dormir
de su oreja se cayó.
Buscó por el edredón
en la funda a la almohada,
se agachó a mirar el suelo,
levantó todas las sábanas.
Muy cansada con su osito,
en la cama se metió,
esperando al otro día
poder buscarlo mejor.
Y cuando se hizo de día
y los ojitos abrió
encontró justo a su lado
el pendiente que buscó.
Fin
Poema sugerido para niños a partir de cinco años