Quiere salir al jardín,
el reflejo de la Luna,
pero no sabe por qué
sigue preso en la laguna.
Las rosas para ayudarlo
le regalan el rocío,
luciérnagas y cocuyos
trajeron agua del río.
Despiertas están las flores,
reciben a un visitante,
divirtiéndose en las aguas,
del charco más deslumbrante.
Fin
Todos los derechos reservados por Olga Martínez
Poema sugerido para niños a partir de cinco años.