Conversando con la noche
Miro el cielo triste sin ningún invitado,
con carencia de la luna,
con miradas nocturnas en ciertos lugares,
con miradas extrañas.
Preguntándose entre sus moradas lo mismo que yo,
pero con emociones diferentes y amores de improviso…
La noche es muy larga y mi mirada un poco lejana.
La noche casi no habla.
Es muy tímida cuando está sola.
La noche es infinita.
Se mira sola cuando nadie la visita.
La noche me sonríe.
La noche agoniza cuando sale el sol y mis miradas mueren
y es allí cuando comienzan mis locuras…
Le dijo aquel joven a su pluma mientras se quedaba sonriente entre sus letras…
Fin
®Julio Casati
Poesías para jóvenes y adultos