Yo colecciono armonías
dejadas en años pretéritos.
Ellas hablan a mi oído
lo que era bueno, en otros días.

El agua que corre
por pendientes de mi ciudad
tropiezan con granitos de arena
desviando levemente su curso.

Colecciono naturalezas vivas
dibujadas en los rostros de los niños.
Esperanzas, alivio y ternuras
son las colecciones de los infantes.

Yo colecciono armonías
dejadas en mi guitarra
de los años modernos.

Fin

Poesía sugerida para jóvenes y adultos

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