Carta de amor de la Bestia a la Bella
Carta de amor de la Bestia a la Bella. Elvis Eberth Huanca Machaca, escritor peruano. Poesía de amor
Todos los días no dejo de pensar en ti,
tú sola mirada, ya vive dentro de mí…
Todos los días te observo, pensando en la forma en cómo puedo devorarte,
pero, sin darme cuenta. Tú me absorbiste primero.
¿Y ahora? No sé qué hacer…
Tú, tú eres tan bella como el roció de la mañana.
Tan bella como el azul del cielo.
Tan bella como el canto de un ángel….
Tú, tú eres tan bella como una hermosa rosa,
en cambio yo, soy tan feo y horrible,
que solo doy miedo y asco.
Una bestia tan fea como yo, enamorado de alguien tan bella como tú.
Más que una historia de amor, esto parece un cuento de terror.
Yo en verdad estoy muy angustiado, por intentar hacer eso, esto y aquello,
la verdad es que estar contigo es muy doloroso para mí.
Cuando estoy contigo persigo a alguien que nunca alcanzare,
sé que no es tu culpa, pero no importa lo que yo haga,
me vuelvo más y más desgraciado,
si esto sigue a si, desde hoy no tendré el valor de verte nunca más.
Te doy las gracias, por decirme que me querías,
gracias, gracias, siento no poder darte nada a cambio,
pero no puedo verte nunca más, espero que lo entiendas,
si te veo sufriré más de lo que sufro ahora.
Gracias por decirme que me querías.
Yo, todos los días le doy gracias al cielo,
porque me permitió conocerte.
Y gracias a eso sentí lo que era tener un corazón,
un corazón tan tibio y fuerte como el que tú me distes a mí.
Gracias por decirme que me querías aún en mi estado,
y de la forma como te trate, gracias por encontrarme,
por enseñarme a sonreír.
Hay algunas cosas que no puedo decirte en persona,
por esa razón decidí escribirte esta carta,
por estar a mi lado siempre gracias,
por animarme a seguir siempre, gracias, yo sé que soy malo,
pero aun así, seguías animándome, tú debes encontrar tu camino,
y yo debo perderme en el caos.
A partir de ahora continuaras sola.
Eso es todo…
Debes saber que todos los días lucho conmigo mismo.
Que hay un monstruo dentro de mí, que cada día siento que me consume, más y más.
Yo quise ser el libro, en donde guardaras todos tus secretos,
quise ser, cada latido de tu corazón, pero lejos de eso,
soy el monstruo que aparece en tus pesadillas.
Aquel monstruo feo y horrible que tanto te hace llorar.
Aún no se con qué ojos me miraste,
la primera vez que nos vimos, si todos los que me vieron,
huyeron corriendo de esta bestia tan fea y horrible.
En cambio tú… Tú… Te acercaste cada vez, más y más.
Todos los días te observo y pienso en la forma en cómo puedo hacerte feliz.
Pero la vida no es un cuento de hadas, por esa razón me voy de tu lado.
Quiero que seas muy feliz…
Que tengas esa felicidad que este monstruo jamás te dará.
Yo quisiera ser feliz, pero no merezco ser feliz,
así que, solo espero que todo el amor que hay a mí alrededor, se haga realidad…
Quiero que seas muy feliz… por esa razón te dejo ir…
Todos dicen que la bella, se enamoró de la bestia,
que lo convirtió en un príncipe y fueron felices para siempre.
Pero nadie dice, que con tu sola mirada, el corazón de esta bestia, dejaba de latir.
Tú te convertiste en un latido de mi corazón.
Esta bestia, que esta ante ti, este feo y horrible monstruo,
cometió el peor delito que puede cometer un ser tan feo, como lo soy yo.
El de soñar. Soñar y creer que podía ser feliz, con alguien tan linda como tú.
La bella y la bestia un día se conocieron,
y otro día se amaron, todo, todo, todo parecía felicidad, felicidad y más felicidad…
Pero ha llegado, el fin de esta historia de terror…
El mayor pecado que puede existir en el mundo,
es robarle su existencia a alguien, y yo he cometido ese pecado,
por eso hoy te devuelvo eso que te quite.
Eso que te quite cuando te llame bella…
Cuando yo te llame bella, te robe tu nombre, tu existencia,
así que hoy te lo devuelvo, tu nombre es Carolina.
Tú te llamas Carolina. La princesa Carolina…
Y ahora que recuperaste tu nombre, nunca regresaras a mí,
y solo quedara, dolor y más dolor dentro de mi…
Ya que sin ti, no puedo ser feliz…
Fin