Un amanecer…
El sol dándole la bienvenida a nuestros ojos,
es…el beso de la vida,
el viento que nace junto al día.
Esa brisa espontanea que acaricia el rostro
y nos llega al alma.
Es…el beso de la vida.
En la casa y en la calle risas y murmullos,
algún grito quizás por un despertar atrasado.
Pájaros madrugadores,
glicinas florecidas que nos muestran su tarea.
Es…el beso de la vida,
Arriba, el cielo nos sacude en su plenitud celeste,
La luna no quiere dejarnos,
será por un tiempo más, compañera de sombras.
Un día más comienza, todo está en su sitio
nada se ha perdido,
es parte, de este beso de la vida.
Esposa, madre, hijos…apuros,
trabajo sin tiempo, escuela, almuerzo…esperas,
consejos, auto y una interminable carretera.
El día corre y algunas cosas quedan,
vestidas de esperanza,
un horizonte lejano cobija al sol,
que después de acompañarnos, busca su descanso.
Es parte de ese beso de la vida.
Nuestros ojos solo ven belleza,
no quieren cometer el delito
de ver ninguna otra cosa.
No se atreven ni a un solo parpadeo,
no sea cosa que se pierdan
los últimos pájaros del día,
o algunas nubes, con formas de sueños.
Es…el beso de la vida.
Noche luminosa, millones de campanas
en forma de estrellas,
me hacen sentir la más bella melodía.
Es que así debemos sentir y vivir,
cada instante,
porque…cada amanecer, cada atardecer,
la noche y el día, la lluvia y el viento,
el canto de ese pájaro, el mar que no descansa,
el llanto y la risa son sin duda…
Ese beso, que nos da la vida.
Fin
©Julio Casati
Poesía sugerida para adolescentes, jóvenes y adultos