Deja amarte vida mía
que el amor no duele.
Deja que te abrace un instante
que mis brazos flaquean.
Deja sentir tu aliento
que roce mi rostro,
dejándole tibiecito.
Amarte vida mía
con este amor dulce y suave
tu libertad es eterna.
Amarte ha sido bueno
para darme cuenta
que el amor no duele.
Fin
Poesías para jóvenes y adultos.