Taller literario en pleno subte de Buenos Aires

Taller literario en pleno subte de Buenos Aires

Taller literario en pleno subte de Buenos Aires. Noticias.

Una genial iniciativa llevó un taller literario – concretamente, de poesía – a un espacio urbano y cotidiano para miles de personas como es el transporte subterráneo de la ciudad de Buenos Aires. Fue llevado a cabo por el escritor Eduardo Berti y realmente es una idea tan bien pensada que esperemos se repita en otras ciudades en algún momento.

La consigna planteada a los eventuales pasajeros fue escribir los versos de un poema en los tramos en que el subte estuviese detenido, en las estaciones que componen el trayecto Olleros-Tribunales de la línea D. Durante los tramos en movimiento del trayecto, los participantes podrían inspirarse y pensar. Una vez arribados a la estación de origen, podrían leer sus textos quienes quisieran.

De forma espontánea los participantes tuvieron la suerte de experimentar uno de los métodos provistos por el grupo Oulipo, que fue fundado en 1960 por el escritor Raymond Quenau y el matemático francés Francois Le Lionnais. Sus premisas son llevar a cabo procedimientos experimentales que hacen de cualquier restricción, un potencial de creatividad artística.

Las propuestas de Oulipo no conforman una escuela teórica ni un movimiento literario sino más bien de un laboratorio creativo. Proponen un curioso postulado, y es que sólo bajo ciertas normas y restricciones se puede crear con libertad.

Entre los célebres miembros del grupo se inscribieron Georges Perec e Italo Calvino. Sus esfuerzos se enfocaron en generar nuevas condiciones y ejercicios para la producción de obras originales. Se toman conceptos matemáticos o juegos con el lenguaje – como suprimir una letra, por caso, o “engordar” un texto, propio o ajeno, con inserciones sucesivas –, que pueden servir para el mismo propósito, que es salir de la “zona de confort”, del lugar común, prestarse a los sorpresivos efectos que puede tener el mero hecho de someterse a reglas para producir un texto literario.

“Aquí se puso en juego la filosofía del grupo: jugamos en serio, porque de eso se trata”, señaló Berti al terminar la gratificante experiencia. “Damos talleres, publicamos libros, difundimos las consignas sin verticalismos –cualquiera puede ser artista, es otro de los principios oulipianos- porque creemos que salirnos de lo previsible es lo que nos obliga a hacer piruetas y desacomodarnos, sortear nuestros vicios. Todos los géneros imponen restricciones, el aburrimiento aparece si éstas son siempre las mismas. Acá se trata de crear nuevas formas fijas –ideas, normas, estructuras, supresiones-, y descubrir en qué nos convertimos”, concluyó.

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