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Sincera carta de un docente cansado de la adicción al celular

Sincera carta de un docente cansado de la adicción al celular

Sincera carta de un docente cansado de la adicción al celular. Noticias.

Las nuevas tecnologías, cuando son bien utilizadas, pueden ser una excelente herramienta para el docente a la hora de repensar sus métodos y acercarse de mejor forma a sus alumnos. Pero al mismo tiempo, el mal uso de los dispositivos y particularmente, la cuasi adicción en la que muchos jóvenes han caído, se convierte en un obstáculo difícil de salvar para muchos de quienes están al frente de una clase.

Un ejemplo de ello es el del periodista y profesor uruguayo Leonardo Haberkorn, quien renunció a seguir dando clases en la universidad ORT de Montevideo debido a que se agotó de pelear contra la compulsión de sus alumnos al teléfono, al punto de que no logró captar lo suficiente su atención como para que las clases pudieran desarrollarse con normalidad.

Así, en un sincero texto difundido en su blog, el catedrático expresó su cansancio ante la desidia e indiferencia de sus alumnos, sintiéndose incapaz de interpelarlos a que se involucren, a que tengan hambre de aprender, de formarse, algo tan indispensable para cualquiera que quiera ser periodista.

“Me cansé de pelear contra los celulares, contra WhatsApp y Facebook. Me ganaron. Me rindo. Tiro la toalla”, expresó Haberkorn, reconociendo que no son todos así, pero que cada vez son más, y que desde hace un lustro hasta la fecha, el avance de las nuevas tecnologías en los hábitos de los jóvenes ha endurecido la batalla hasta ganarla.

“Conectar a gente tan desinformada con el periodismo es complicado. Es como enseñar botánica a alguien que viene de un planeta donde no existen los vegetales. Que la incultura, el desinterés y la ajenidad no les nacieron solos. Que les fueron matando la curiosidad y que, con cada maestra que dejó de corregirles las faltas de ortografía, les enseñaron que todo da más o menos lo mismo. No quiero ser parte de ese círculo perverso. Nunca fui así y no lo seré”, sentenció.

Ahora bien, ¿es únicamente culpa de las nuevas tecnologías el vacío intelectual de los jóvenes? Quizá, como deja ver el profesor, se trate de un problema más vasto y profundo, que tenga que ver con una falta de valores, con un individualismo exacerbado, y con estudiadas estrategias de las industrias culturales para que ese grupo etáreo tenga ciertos consumos – poco edificantes, llenos de conceptos negativos – en lugar de otros. Sin dudas, para un solo docente, es como pelear contra molinos de viento. Pero también, es un debate que quienes se dedican a la educación, se lo deben.

Se puede leer la carta completa en este enlace.

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