Las mejores estrategias para la enseñanza del inglés en preescolares
Chile
Cuando los niños del jardín infantil Andalué reciben al tío Andrés, no saben que están teniendo su «clase» de inglés. Para ellos sólo se trata del tío que, junto a sus educadoras habituales, los hace cantar y jugar, pero con otras palabras. Lo mismo sucede en el jardín Antilén, de La Reina. Cuando los niños ven llegar a su «Miss», saben que es su hora de contar cuentos de otra manera, en otro idioma. De «clase» en el sentido rígido y conocido, no hay mucho. Y esa es precisamente, según expertos, la manera indicada para iniciar la aproximación de los preescolares al idioma.
Durante los últimos años el número de jardines infantiles que incluyen la enseñanza del inglés en su oferta educativa han crecido exponencialmente. Sin embargo, no todos los establecimientos preescolares que imparten este idioma lo hacen de una manera efectiva.
Sylvia Lavanchy es educadora de párvulos de la Universidad de Chile y coordinadora de Investigación de los jardines Vitamina: «Si un niño que nace en una familia donde se hablan dos idiomas, porque uno de los padres tiene el inglés como lengua materna, siempre ha estado expuesto a los dos formas de hablar, de manera que para él es natural escucharlos, y sabe que una misma cosa puede ser dicha en dos idiomas. Al ir desarrollando su lenguaje, lo va haciendo de manera simultánea en los dos idiomas», dice. Por lo tanto no habría ningún problema en que el jardín infantil apoye ese proceso desde antes de los 2 años. Pero ¿qué pasa con el común de los casos en Chile? ¿Es conveniente introducir el idioma desde tan chicos?
LA EDAD ÓPTIMA
Lavanchy es categórica al afirmar que la etapa más conveniente para comenzar es cuando el niño ya tiene una lengua materna establecida, que le permite comunicar. Esto es, alrededor de los cuatro años. Explica que es fundamental colocar al niño en una situación lo más cercanas a su realidad y llevarla a inglés: por ejemplo, jugar, hacer rondas, cantar canciones conocidas, leerles cuentos que ya conocen en español, pero en inglés.
Pero no sólo eso, pues reconoce como uno de los aspectos más importantes el hecho de que el educador tenga un dominio absoluto del idioma y también del proceso de aprendizaje en los preescolares. Es decir, debe ser una educadora de párvulos, con especialización en inglés. «No sacamos nada con traer una traductora a hacerles clases a los niños, porque puede ser una excelente traductora, pero no sabe del proceso de aprendizaje de los niños ni cómo llevarlo a cabo», dice Sylvia Lavanchy.
El problema, precisamente, es que las educadoras de párvulos con esta especialización no son muchas todavía. Sólo 120, según datos recogidos en las universidades que imparten esta carrera: Gabriela Mistral, Católica Silva Henríquez, Católica de la Santísima Concepción, Central, Umce y Católica del Maule.
Otro punto a considerar por los padres: mayor número de horas no es igual a mayor eficiencia.
Tabla de Contenidos