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El poder de la lectura

El poder de la lectura

Pocas personas son hoy conscientes del maravilloso poder que entraña la lectura, sobre todo cuando esta se descubre, como un tesoro, en la más tierna infancia.

Aunque dicho hallazgo no es siempre tarea fácil. La familia y la escuela son los dos grandes pilares y los responsables inmediatos del encuentro del niño o la niña con el libro.

Como todos sabemos, es fundamental que los niños, en casa, observen la lectura como un acto habitual en su entorno. Como dice el spot de televisión: «Si tú lees, ellos leen», aunque sea por pura imitación. Del mismo modo, es imprescindible que las actividades relacionadas con la lectura contribuyan a acercar a padres e hijos, y a que estos disfruten juntos. Visitas a la biblioteca, a la librería, asistencia a cuentacuentos y otras animaciones, al teatro, etc., pueden ayudar a divertirse en familia en los límites de la lectura y su aplicación. También, en las primeras edades, los juegos compartidos pueden partir de la literatura, primero de tradición oral: adivinanzas, canciones, retahílas, trabalenguas, cuentos… y de fuentes escritas después: que los padres lean en voz alta a los hijos es una distracción para estos últimos, que dejan volar su imaginación, y un instante de plena afectividad entre el infante y sus progenitores. Con la lectura, todo son ventajas.

Incluso muchos niños juegan a ser los personajes de sus historias preferidas y a vivir sus aventuras, como nos cuenta la escritora Montserrat del Amo en Cuentos contados. La lectura permite a niños y jóvenes descubrir nuevos mundos, viajar a lugares desconocidos, ser por unos instantes todos los personajes que desfilan ante sus ojos, sufrir con las injusticias, reír ante las situaciones más sorprendentes, condenar al malvado, rescatar a la princesa de las manos del temido villano… En definitiva, a través de la lectura el niño puede gozar del placer de vivir múltiples vidas y acontecimientos sin dejar de ser uno mismo.

Esta escritora también resalta la conveniencia del acto de narrar o leer en voz alta a los más pequeños. De hecho, la lectura en voz alta resulta una actividad entrañable, no sólo para los infantes, sino también para los lectores, ya sean éstos padres, familiares, maestros o mediadores. Aquel que no haya leído nunca en voz alta a un niño se perderá la fascinación absoluta de este por las palabras que, paulatinamente, salen de nuestra boca; jamás podrá disfrutar del placer de ese receptor por la progresión de la trama que construimos ante él, de la necesidad imperiosa de repetición exacta de todos y cada uno de los términos que componen el relato. En suma, de la iniciación al mundo de las historias, de la inmersión en el mágico poder del lenguaje.

La literatura infantil y juvenil, considerada ya, y tras muchas controversias, literatura, es la puerta hacia el amor a los libros, esa «escalera con barandilla» de la que hablaba Bettelheim. En efecto, el lector se gesta desde los primeros estadios cronológicos, y como tal debe acceder a las obras más adecuadas para su edad. En la actualidad, la oferta de títulos dirigidos a este público se ha multiplicado hasta tal punto que resulta inabarcable. Además, la producción editorial destinada a estas franjas cronológicas se incrementa anualmente, cifras que hablan del extraordinario momento de producción de textos destinados a infantes y jóvenes.

No obstante, es imprescindible acercarse a la literatura infantil con una visión crítica, pues no toda pieza encierra la calidad requerida. Pensemos, además, que en las letras para los más pequeños (al igual que en las destinadas a los adultos) se perpetúan estereotipos que, por este medio, llegan a las generaciones venideras. Los libros también están educando y formando a los niños. La imagen que se transmita, por ejemplo, de la mujer contribuirá a su visión sobre la misma y esto ocurre con otros muchos arquetipos y personajes. De ahí la necesidad de una adecuada selección y de la mediación de los padres, los maestros, los bibliotecarios…

En esta línea se insertan ciertos estudios e investigaciones actuales, que se expondrán próximamente en el «I Congreso internacional de literatura infantil y juvenil. Lectura de clásicos: arquetipos femeninos. Tradición e innovación», que se celebrará los días 23, 24 y 25 de abril en la Universidad Católica de Valencia. Este tipo de iniciativas surgen de la urgencia de tratar todos los aspectos que rodean a la lectura de infantes y adolescentes, asumiendo una tarea de creciente relevancia.

Hoy, desde las aulas, se escucha una llamada de auxilio a la que debemos acudir. No se puede declinar la responsabilidad del aprendizaje de la lectura y el interés por los libros en la escuela, se ha de trabajar por la afición lectora desde los hogares y también desde el estado y la sociedad al completo. Absolutamente todos y cada uno de nosotros podemos poner nuestro granito de arena.

Fuente: laprovincias.es

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