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Fomentar la Lectura en los Niños. Estrategias, actividades y consejos para estimular la lectura

Por Rocío Brescia, especialista de Fundación Leer.

Leer con los niños ¿Cómo ayudar a su hijo ser un buen lector?

La lectura es un recurso importante para la recreación y el aprendizaje de los niños. Leyendo se adquiere vocabulario, conocimiento y se activa la imaginación. Los padres desempeñan un papel fundamental para que los niños adquieran el gusto y el hábito de la lectura. Enseñándoles desde pequeños no habrá ningún problema en generar un vínculo estrecho entre los niños y los libros.

Sin duda alguna, el leer con los niños define el éxito en promover la lectura temprana. Al poner en acción algunas estrategias sencillas, se hará una gran diferencia en la capacidad de los niños de desarrollarse como buenos lectores y escritores.

Las investigaciones han demostrado que la intervención a una edad temprana es crucial para ayudar a que un niño llegue a ser un lector competente.

Consejos para fomentar la lectura en los niños

Comencemos con algunos consejos para inculcar el hábito de la lectura en los más pequeños, especialmente en nuestros hijos:

#1 Empezar pronto

No hace falta esperar a que los niños aprendan a leer. Si son pequeños, los padres pueden empezar a leerles cuentos infantiles, mostrarles libros con dibujos y hacer que se familiaricen con ellos.

Si desde muy pequeños están en contacto con los libros, más adelante cuando aprendan a leer, será posible que busquen un libro por su cuenta.

#2 Leer con los niños

Cualquier actividad debe tener una orientación desde el comienzo para que se aprenda en forma correcta. Por eso es aconsejable que los padres acompañen a leer a sus hijos, primero leyéndoles cuentos infantiles y luego escuchándolos leer.

Este ejercicio además de estrechar los lazos afectivos, permitirá que el niño vea la lectura como una actividad entretenida y no como una orden de sus padres.

#3 Hacerles ver la importancia de la lectura

Después de estar un poco familiarizados con la lectura, es bueno que los niños tengan claro lo benéfica que puede ser la lectura para su recreación y conocimiento.

Hay que demostrarles todo lo que pueden aprender leyendo: ✅ despejar interrogantes, ✅ adquirir vocabulario, ✅ conocer nuevas ideas, ✅ aprender muchas palabras. Para esta actividad se pueden usar los diccionarios con ilustraciones.

#4 Lo mejor es el ejemplo

Si los niños ven leer a sus padres con frecuencia entenderán que la lectura es una tarea diaria y necesaria. El ejemplo siempre será una motivación más, sobre todo en los niños pues son especialistas en aprender a través de la observación.

#5 Tener una biblioteca

Tener una biblioteca o varios libros infantiles, que estén accesibles para los niños será el primer paso para que se motiven a hojearlos. Si el pequeño no tiene un fácil acceso a los libros es probable que prefiera un juguete u otro objeto que pueda tener con facilidad.

#6 Conocer sus gustos

Los adultos podemos escoger lo que queremos leer pero los niños están condicionados a lo que decidan sus padres. Por eso, es fundamental observar cuáles son los gustos o las preferencias del niño para elegir temas que llamen su atención y lo motiven a leer.

Además se pueden utilizar recursos que causen curiosidad y motivación. Las películas, por ejemplo, siempre han sido un punto de partida que muchos niños lean libros o cuentos de sus personajes favoritos.

De tu decisión depende que tu hijo se anime a leer, por eso cuando le compres un libro infantil recuerda que lo menos importante es lo que te gusta a vos. La edad, los gustos y otros factores son los que realmente debes tener en cuenta cuando estés eligiendo un libro para tu pequeño.

Actividades de apoyo para fomentar la lectura en los niños

10 tips para fomentar la lectura en los niños

La siguientes son algunas actividades de apoyo para las lecturas de comprensión:

  • Invite a su niño a leer con usted todos los días.
  • Antes de iniciar la lectura, anticipe por medio de los dibujos lo que va a tratar.
  • Dialoguen sobre las nuevas palabras que se encuentran. Por ejemplo, «Esta casa grande se llama palacio. ¿Quién crees que vive en un palacio?»
  • Tome una pausa y pregunte sobre los dibujos y lo que está sucediendo en la historia.
  • Al terminar la lectura, cuestione sobre que trató la historia.
  • Lea con su hijo su libro favorito una y otra vez.
  • Lea historias con palabras que riman o frases repetidas e invite a su hijo a decirlas con usted. Apunte, palabra por palabra, según su niño vaya leyendo con usted.
  • Lean una variedad de libros para niños, incluyendo cuentos de hadas, libros con cantos infantiles, poesías infantiles, libros de información, revistas, periódicos y cualquier portador de texto.
  • Escucharlos cuando leen en voz alta y estimularlos.
  • Ampliar su rincón de biblioteca.

Acompañarlos a las librerías a ver libros también estimula el hábito de la lectura de los hijos.

Afortunadamente, cada vez hay más libros atractivos para los niños y más librerías especializadas para ellos o con secciones de literatura infantil y juvenil.

Siempre respetando sus derechos conviene llevarlos de vez en cuando a una librería, aunque no siempre se concrete la compra. Es muy bueno que miren y desarrollen su curiosidad.

También resulta positivo suscribirlos a revistas infantiles y juveniles. Recibir correspondencia a nombre de uno es agradable, y a los niños les da mucha ilusión y los anima a leer.

Finalmente, es fundamental que nos vean leer. El ejemplo es, en educación, el argumento más convincente porque posibilita la imitación. Esto anima, al niño o la niña, a hacer aquello que hace una persona que tiene prestigio para ella, como es su padre o su madre.

El hábito de la lectura en manos de los padres

Hoy más que nunca, la lectura corre el riesgo de ser vista por los niños como una imposición más de padres y profesores. El niño puede crecer sin el hábito de dedicar parte de su tiempo a sumergirse en las letras y a enfrentarse con fascinantes aventuras en los mares del sur.

Es precisamente en la primera década de la vida cuando las personas pueden adquirir este hábito; en esos diez años se tiene la oportunidad de asimilar para siempre el placer de leer como una necesidad consentida y deseada.

Los pedagogos afirman que se aprende a disfrutar de la lectura y, por lo tanto, hay que ser conscientes de que se trata de algo que se puede enseñar.

Para ello, es básico el núcleo familiar. Enseñar a leer es la asignatura que los padres deben transmitir a sus hijos, teniendo en cuenta siempre su carácter, motivación, gustos e intereses.

En definitiva, el reto es estimular la curiosidad por los libros.

Hay varias formas en las que un adulto puede ayudar a que los niños puedan empezar a leer y disfrutar de la lectura. El primer paso siempre es que el propio adulto se asuma como lector, porque los chicos registran el “doble discurso”, cuando el adulto da a leer pero no lo hace él mismo.

Si los chicos conviven en un ambiente en que los adultos leen, el seguramente querrán leer. A la inversa, si nadie lee, no lo van a encontrar una práctica interesante. Muchas veces los adultos se «llenan la boca» diciendo que los chicos no leen, pero lo cierto es que hoy las prácticas de lectura han disminuido mucho más en los adultos que en los chicos.

Por otro lado, no se trata sólo comprar el libro. A la hora de promocionar la lectura con los chicos, el adulto tiene que comprometerse y participar en esta actividad. La compra del libro no es un acto de promoción de la lectura en sí mismo, como sí puede ser el leer con ellos y compartir ese momento.

Estrategias para estimular a la lectura según la edad

Según la edad de cada niño la propuesta será diferente. Por ejemplo cuando son chiquitos se puede empezar con un buen cuento, de modo que empiecen a tomar el gusto por la lectura a partir de ahí, La especialista Yolanda Reyes acuñó el proyecto de las «bebetecas»: la idea de leer a los bebés.

Puede parecer impensable, pero lo cierto es que se genera un vínculo muy especial entre la madre y el hijo en los momentos en que ella le lee. Y se va transmitiendo el placer de la lectura desde la forma de tomar el libro, y los primeros contactos con la página escrita, con el juego de las palabras, con la letra de las canciones de cuna, con la palabra que se juega, que se canta…y en definitiva con la cultura escrita.

Hay un clásico juego que se le hace a los más chiquitos cuando no saben todavía leer, de abrir un diario y decirles «había una vez». Ellos, en forma muy graciosa, dicen: «ahí no dice eso».

Y esto tiene que ver con las experiencias de lectura. Con saber que la narración literaria de cuentos, tiene un tono particular y parte de un libro en particular. Así van asociando que la narración literaria tiene que ver con un tono y con un texto, y ésta es una habilidad lectora que se va adquiriendo incluso antes de poder leer ellos mismos.

En esta estrategia de «adultos que transmiten el placer de la lectura a los chicos», las abuelas y abuelos tienen un lugar privilegiado: el de la recuperación de la tradición oral, que se ha perdido y que es necesario recuperar.

Esa idea de poder escuchar al otro cuando cuenta algo. El relato en sí no necesariamente tiene que consistir en una historia inventada: puede ser un relato vivenciado. Por eso es importantísimo recuperar esos momentos con los chicos.

Por eso, una de las actividades que proponemos es la del relato, del… «te voy a contar algo que me paso», que los abuelos pueden realizar mientras cocinan, por ejemplo, subiéndolos arriba de la mesada.

Aunque no lo parezca este es otro acto de promoción de la lectura, porque es un vínculo que se genera entre la abuela o el abuelo y el nieto a través únicamente de la palabra y del relato, y de la recuperación del valor del relato oral. También aparece la posibilidad de la lectura en voz alta.

Muchas veces decimos que a los chicos no les gusta leer, pero en nuestra experiencia no hay chicos que se resistan a la idea de que un adulto les lea.

¿Cómo fomentar la lectura en los niños?

¿Qué hacer para que los niños lean?
  • No obligar a leer. Como toda actividad, la lectura requiere constancia para convertirse en hábito. Nunca se debe obligar a leer, pero sí se puede (y debe) convertir en un hecho cotidiano. La clave radica en que acabe formando parte del tiempo de ocio, igual que ver la televisión o jugar. En edades muy tempranas serán el padre y la madre los que directamente ejerzan esta función. Con el tiempo, el espacio dedicado a la lectura se irá ampliando, y serán los propios niños quienes decidan cuánto, cuándo y dónde van a leer.
  • Accesibilidad de los libros. Aunque no se trata de juguetes, los libros deben ser accesibles, tanto los propios como los ajenos. Es necesario quitarles ese estatus de objeto importante que sólo adorna las librerías. Es más, se han de potenciar las bibliotecas propias desde que nacen, porque un libro después de ser leído, traspasa el umbral de lo meramente material.
  • Visitar librerías. Las ferias o exposiciones pueden convertirse en un entretenimiento que acerque la literatura a los hijos. La idea de verse rodeado de tantas posibilidades familiariza al niño con este tipo de comercio y le añade atractivo. Además, si se le da una cantidad de dinero con el objeto de elegir el título que le guste, comenzará a desarrollar criterios de compra y aprenderá a distinguir qué obra merece la pena adquirir.
  • Costumbre diaria. Leer todas las noches un cuento a los más pequeños se convertirá con el tiempo en un hábito de lectura diaria.
  • Resolver dudas. Se deben buscar juntos en el diccionario los términos que no se entiendan. Con ello se inculca la buena práctica de ampliar vocabulario.
  • No prohibir libros. Hay que prestar mucha atención en la edad crítica de la adolescencia, porque grandes lectores infantiles se pierden en esa etapa. En ese sentido, la libertad de elección será determinante. Nunca se deben prohibir títulos. En vez de eso, es importante explicar por qué no se va a entender lo que se lee, y cuál es el motivo para que no merezca perder el tiempo. De esta forma, se logrará despertar su espíritu crítico.
  • Ser socio de una biblioteca. Una costumbre fácil y asequible es acompañar desde muy pequeños a los hijos a las bibliotecas. Posibilitan acceder a los libros sin necesidad de gastar grandes cantidades de dinero. Además, sirven para enseñar cómo escoger los títulos, e introducen a los pequeños lectores en el valor de la responsabilidad, ya que son ellos los que deben devolver el ejemplar prestado.
  • Adaptarse a los gustos. Todo es susceptible de convertirse en la excusa que acerque a la lectura: un tema de actualidad, efemérides de personas o hechos que les llamen la atención o una película que les haya entusiasmado son ocasiones inmejorables para suscitar la pasión por los libros.
  • Compartir la lectura. Cuando los niños crecen, se les puede ofrecer libros que estén leyendo los padres. Es muy motivador y divertido comentar en familia sobre los personajes o cualquier capítulo que les haya resultado interesante. La lectura es un atractivo tema de conversación entre padres e hijos.

Es fundamental transmitirles a los niños que leer libros también tiene otras ventajas además de potenciar la atención y estimular la curiosidad por diferentes temas: ayuda a expresar de mejor forma los pensamientos, así como a mejorar las relaciones humanas.

Por Rocío Brescia, especialista de Fundación Leer.

Compartir la lectura con sus hijos también es una caricia

Hable con sus hijos desde pequeños para que aprendan a hablar y a entender los significados de las palabras. Muéstreles y explíqueles los distintos objetos que encuentre mientras juegan y hacen sus quehaceres. Un amplio vocabulario les dará a sus hijos una gran ventaja al empezar la escuela.

Léale a sus hijos todos los días desde que cumplan seis meses. Leer y jugar con libros es una manera muy especial de convivir con ellos. Cada vez que escuchan las mismas palabras, ellos se familiarizan cada vez más con esas palabras. La lectura es una de las maneras más eficientes para que aprendan.

Use sonidos, canciones, gestos y palabras que rimen para que sus hijos aprendan sobre el lenguaje y las distintas maneras que se utilizan las palabras. Los bebés necesitan escuchar el idioma en vivo de una persona. Para ellos los sonidos en la televisión son solo ruido.

Muéstreles y léales las distintas palabras impresas dentro de su casa y en los distintos lugares a donde lleva a sus hijos, como las tiendas, por ejemplo. Es importante que invierta el mismo tiempo escuchando a sus hijos que hablando con ellos.

Procure llevarse libros y libretas de niños para escribir cuando salga de casa. Así sus hijos se ocupan y se entretienen mientras viajan, en el consultorio del medico, o en otras citas que usted tenga.

Establezca un sitio tranquilo en su casa donde sus hijos puedan leer, escribir y dibujar. Ponga libros y otros textos a su alcance. Incúlqueles a sus hijos la importancia de saber leer. Ponga el ejemplo leyendo libros, periódicos y revistas.

Reduzca la cantidad de televisión y los programas que vean en casa. Lo mejor sería apagar la televisión por completo y pasar más tiempo mimándolos y leyéndoles. El tiempo y la atención que le dedique a sus hijos, no solo les beneficiara en la escuela, si no también para toda la vida.

Más actividades para fomentar la Lectura en los niños

Además de todos los consejos que, como padres podemos poner en práctica para promover la lectura de manera temprana, puede integrarse a los programas que ofrece su biblioteca, su comunidad y su iglesia.

Muchos programas que amplían el acceso al libro, basados en espacios que, a diferencia de las bibliotecas tradicionales, son espacios amables y que de alguna manera disponen a la lectura. Y también hay propuestas de capacitación al docente, ya que en caso de la promoción de la lectura éste se vuelve el mediador por excelencia.

Estos programas pueden:

  • Ofrecerle libros y otras lecturas propias para la edad de su hijo que pueda utilizar en casa.
  • Enseñarle formas divertidas de usar los libros y ayudarle en la enseñanza de sus hijos.
  • Ofrecerle lecturas y otros programas educativos para sus hijos durante el año.

Consejos para motivar la lectura en los chicos de la Fundación Tigre

Diversos estudios demuestran que cuanto más leen los niños, mejor se desempeñan en la lectura y escritura.

Además, estar diariamente en contacto con libros y disfrutar de actividades sencillas como escuchar cuentos, despierta en ellos el deseo y la motivación por leer.

Aquí, más consejos, esta vez de la Fundación Tigre para la Inclusión para motivar a los chicos a la lectura temprana:

  • Disponer de un espacio dentro de la casa -estante, canasto o pequeña biblioteca- donde los chicos puedan guardar sus libros.
  • Conocer los gustos e intereses de sus hijos y poner a su disposición libros, revistas, historietas y artículos sobre esos temas.
  • Proponerles la lectura de libros basados en películas. O ver películas basadas en obras literarias.
  • Llevar libros para entretenerse cuando tengan que hacer una cola o esperar.
  • Proponerles compartir la lectura de libros que se relacionen con paseos o actividades que realizarán. Por ejemplo: libros sobre dinosaurios luego de visitar un museo sobre este tema; libros sobre la naturaleza luego de realizar una visita al campo.
  • Disponer un momento del día, dentro de la rutina familiar, para leer.
  • Leerles en voz alta aunque ya sepan leer.
  • Compartir canciones, juegos, rimas y adivinanzas que los ayuden a disfrutar de los juegos basados en el uso de palabras.

Beneficios de fomentar la lectura en los niños

Beneficios de fomentar la lectura en los chicos

La lectura tiene una gran importancia en el proceso de desarrollo y maduración de los niños. Desde hace algunos años se ha notado un creciente interés de los padres por la lectura de sus hijos, quizá porque saben la relación que existe entre la lectura y el rendimiento escolar.

La lengua es parte de la cultura. Además de servir para comunicarse, expresa una identidad cultural, y es un modo de pensar y de construir sentido.

Más allá del éxito en los estudios, la lectura ayuda a desarrollar el sentido estético, actúa sobre la formación de la personalidad de los niños y sirve como fuente de recreación y de gozo. Constituyendo un vehículo para el aprendizaje, para el desarrollo de la inteligencia, la adquisición de cultura y para la educación de la voluntad infantil.

Es importante ayudar a fortalecer él hábito de la lectura en los niños, desde temprana edad. Esta ayuda al desarrollo y perfeccionamiento del lenguaje, mejora la expresión oral y escrita, logrando que el lenguaje de los infantes sea más fluido. Además, aumenta el vocabulario y mejora la ortografía.

Desde pequeños, los niños se han interesado en exponer sus propios pensamientos, la lectura da esta facilidad y posibilita la capacidad de pensar, agiliza el rendimiento escolar, estimula y satisface la curiosidad intelectual y científica.

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