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Los Títeres, inseparables compañeros de la humanidad

Acompañan al hombre desde su aparición sobre la tierra. En un primer momento lo hicieron en rituales religiosos, batallas y protestas políticas. En la actualidad lo hacen en la escuela, televisión, cine, plazas públicas, ferias de animación a la lectura, fiestas infantiles, etc.

China e India se disputan el honor de haber sido cuna de los títeres. Una vez que hicieron su aparición en público recorrieron todos los caminos en busca de los niños y niñas. Y como tal, en cada país se creaba un títere representativo. Así, en Inglaterra se llamó “Punch”, en España “Don Cristobal”, en Francia “Guignol”, en Italia “Polichinela”, en Rusia “Petrouchka”, en Turquia “”Karaguez”, y, “Don Ferruco” y “Juan Penador” en Mexico. (Rivas Mendo:1975)

Y, en América Latina también se utilizaron en ceremonias religiosas o actos recreativos. Sobre todo en la época de las culturas precolombinas (mayas, aztecas e incaicas), los muñecos eran parecidos a los que se encontraron en Egipto e Indonesia. Pero, con el tiempo fueron señaladas como figuras irrespetuosas para la fe católica por los evangelizadores en la época de la conquista. Por otro lado, las actividades de los titiriteros latinoamericanos comenzaron aproximadamente a inicios del siglo XX en Mexico y Argentina. Sin embargo, se tiene conocimiento de que en épocas anteriores a los siglos XVIII y XIX, se realizaron actuaciones esporádicas de teatro de títeres procedentes de Italia y España.(Panorámica del títere en Latinoamérica: 1990)

Así también, en el Perú los títeres tuvieron su origen desde antes de la época de los Incas. Por ejemplo; pobladores muy antiguos como los Anarakus llevaban sus muñecos a sus celebraciones para hacerlos bailar y alegrarse. Otro tanto se hacía con los “Cuchimilcos”, pequeñas figurillas en barro, que se encontraron en la cultura Chancay y en las tumbas de los niños. (Hinostroza: 1988)

Sobre lo referido, Chacón y Suarez (1997) resaltan la diferencia entre un muñeco utilizado como un objeto para un ritual de aquel muñeco que se convierte en un personaje que desempeña una función frente a un grupo de personas.
Así pues, el teatro de títeres es antes que nada teatro, ya que, los muñecos confeccionados si no actúan, serán solo una muestra de un objeto con color, forma, tamaño, etc. .Entonces, para convertirlo en un personaje vendrá el titiritero y le animará a comunicarse con el público. (Olivares:1986)

Por todo ello, consideramos pertinente que el teatro de títeres se debe explotar como una herramienta comunicativa en las escuelas y comunidades del mundo, ya que los títeres son lo más cercano a los niños y niñas, pues se parecen a sus muñecos o personajes favoritos de la televisión.

Fin

Los inseparables compañeros de la humanidad: los títeres. Recursos educativos de la escritora  Roxana Hoces Montes sugerido para niños.

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