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La comunicación emocional

La comunicación emocional. Alvaro Peraza. Psicólogo venezolano.

La comunicación es a las relaciones humanas lo que la respiración a la vida: es imposible no comunicarse, parecerá una simpleza, sin embargo en los últimos cuarenta años nos hemos venido acercando cada vez más a la comprensión de este misterioso elemento de vinculación entre las personas: hablamos de la comunicación emocional.

El desarrollo de diversos enfoques y modelos de comunicación han permitido aproximarnos cada vez más a explicaciones y sistematizaciones que nos permiten entender los complejos mecanismos verbales y no verbales de la comunicación humana. Los componentes de la CE Empecemos por reconocer que en la CE existen dos componentes: los patrones de lenguaje verbal (LV) y los patrones de lenguaje No Verbal (LNV).

Cada uno de ellos esenciales en el proceso de interacción humana, ahora bien, ¿qué es lo significativo de todo esto? Que de acuerdo a entendidos en la materia, en la CE lo que pareciera ser lo más revelador desde el punto de vista de la interacción humana -que es el contenido de las palabras o LV-, al final no lo es tanto.

El lenguaje verbal representa apenas un siete por ciento (7%) del componente comunicacional y el LNV representa un asombroso noventa y tres por ciento (93%) del mismo. Quizá la información anterior tomará a muy pocos por sorpresa, como expresé al principio, los modelos de comunicación que se han venido desarrollando desde los años 70´ (en particular todo el impulso de la Programación Neuro-lingüística –PNL- con Bandler y Grinder a la cabeza) han generado un amplio debate sobre el tema.

Así, lo que ha de llamarnos la atención es que aun conociendo la relevancia de los patrones de LNV los hayamos subestimado, a tal punto que mostremos una ceguera de tal magnitud ante algo tan obvio que nos impida ver la riqueza de esa amplia variedad de señales emocionales dentro de nuestro alcance.

El LNV se compone en un cincuenta y cinco por ciento (55%) de lenguaje corporal, esto es: posturas, gestos, cinesis (patrón de movimiento del cuerpo y ritmos corporales), proxémica (manejo que hacemos del espacio o distancias corporales y de la territorialidad). El otro treinta y ocho por ciento (38%) del LNV lo integra el contenido paraverbal: tono o timbre, volumen, ritmo o pausas, modulación, entonación, dicción, señales de accesos o movimiento ocular vinculado con los sistemas de representación visual, auditivo y kinestésico.

La Magia de la CE Con estos datos seguramente usted se estará preguntando ¿Es que importa tan poco ese contenido de las palabras, eso que decimos a diario para encontrarnos (o desencontrarnos) con el otro? La respuesta es: importa y mucho, solo que no podemos desligar lo que digo, del cómo, cuándo, dónde y para qué lo digo.

Una visión más integradora de la realidad emocional nos permitiría decir que el LV tiende a ser por lo general un contenido consciente y el LNV representa en una mayor proporción la realidad inconsciente de nuestra psique. ¿Dónde está la magia de la comunicación emocional? Sencillo, en procurar hacer consciente lo inconsciente -como dicen los psicoanalistas- al momento de entablar una comunicación con el otro para poder obtener un dominio de nuestro lenguaje corporal y además en intentar descifrar en el interlocutor ese patrón de lenguaje que algunas veces pareciera alejado de nuestra percepción.

Siendo así, tres premisas lógicas se desprenden de lo anterior. Primera: el LV y el LNV son inseparables. Segunda: esta simbiosis entre ambos patrones nos indica la necesidad de atender al proceso, a la forma, al cómo de la comunicación y un poco menos al contenido o al qué. Y como tercera: solo es elocuente el hecho comunicacional cuando tenemos esa capacidad para percibir y traducir todos los datos en un contexto integral.

Consideraciones para comunicar desde la magia de la CE Vamos a compartir varios secretos:

1.- A toda expresión verbal de una persona por lo general subyace un contenido más profundo que hay que saber encontrar.

2.- La congruencia entre lo que siento, digo y hago, es clave para generar un clima de confianza en la persona significativa, esto es que mi LV ha de ser una expresión limpia y coincidente con lo que expresa mi LNV.

3.- Puedo ser autoconsciente con mi propio cuerpo, los verdaderos cambios ocurren en nuestro inconsciente, la experiencia con los patrones no verbales de la comunicación nos sensibiliza con nosotros mismos y con el otro.

4.- El manejo del LNV nos permite introducir en nuestra relación un acompañamiento empático que nos acerca más a la realidad emocional de nuestros interlocutores.

5.- Conocer las claves del LNV nos ayuda al momento de la negociación y de la oratoria a ejercer un claro sentido de impacto e influencia o persuasión positiva en los encuentros de interés y con los equipos de trabajo.

6.- Dominar el LNV en congruencia con el LV permite el ejercicio de la asertividad, nos faculta para expresar nuestros sentimientos y pensamientos, nos ayuda a defendernos sin atacar ni herir a los demás.

7.- Por último sepa que el silencio también habla.

Saludos y Cuenten Conmigo.

Álvaro A. Peraza

E-mail: [email protected]

Web Site: www.misionpsique.com

Twitter: @misionpsique

Facebook: Misión Psique /Alvaro Peraza

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