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El gurí. Historias cortas para niños.

El gurí es una de las historias cortas para niños de la escritora Liliana Panetta. Cuento sugerido para adolescentes, jóvenes y adultos.

Muchas generaciones habían pasado desde la fundación de Corrientes – a la cual sus pobladores llamaban Taragüi – en el año 1588 por los españoles. Tierras que habían estado ya pobladas por las etnias guaranies más de 500 años antes de cristo.

Tantas conquistas y guerras durante los años posteriores habían dejado mucho dolor y sufrimiento. Ahora, hacia fines del 1800, eran tiempos relativamente tranquilos.

El gurí Katu – fruto de los amores de su SY – madre – con un colonizador, quienes habían muerto en una de las tantas conquistas a su pueblo – había crecido con sus hermanos junto a las orillas del río Paraná.

Katú habia heredado de su madre la lengua, las costumbres, y el amor por la música – rasgo característico de su etnia – junto al coraje y decisión de su padre; también su aspecto físico era diferente: estilizado, piel apenas tostada junto a cabellos y ojos claros.

Una natural combinación en esos tiempos de tantos inmigrantes.

Un hermoso Gurí, sin mencionar que tenía a todas las gurisas a mal traer!!!

Este hecho no lo hacía altanero, por el contrario, él quería encontrar a alguien que lo quisiera por cómo él mismo era.

Al quedar solo con tres hermanos y dos hermanas pequeñas se sentía muy responsible por la existencia de todos ellos; había organizado muy bien la vida doméstica y tenía mucho trabajo.

Muy por la mañanita temprano gustaba salir de pesca con sus hermanos menores. Una vez llenos los canastos de dorados, surubíes, tarariras y otros peces, jugaban y se bañaban en las cálidas aguas del río.

Así, contentos con sus trofeos, regresaban a su choza donde sus hermanas los esperaban. Ellas, que durante el día se habían dedicado al trenzado de canastos y adornos, también estaban ansiosas pensando en la tembi´u –comida – .

Katú, por su caracter peregrino, siempre andaba en la busqueda de tierras virgenes, ya sea para cazar o para sus cultivos de té, yerba o Tabaco. En una oportunidad se dirigió tierra adentro y descubrió “las aguas brillantes” – Esteros del Iberá – zona riquísima en flora y fauna que lo dejó maravillado.

Allí pudo cazar ciervo, yacaré, oso hormiguero y aves como pirincho para delicia de la comarca….sin olvidarse de llevar para sus hermanas algunas irupé y aguapé como asi también flores de camalote y amapolas de agua.

Katú se hacia querer mucho por todos. Por las tardes-noches cuando la tranquilidad los envolvia también sabía retransmitir a sus hermanos toda la sabiduría heredada, mientras sus hermanos fabricaban instrumentos de música para acompañar sus danzas; o con fines prácticos como por ejemplo el guatapú (bocina para atraer a los peces) o el mimby (similar a la quena) o el arpa.

Con el tiempo se hizo hombre y sintió la necesidad de una compañera, por lo que decidió ir a la pulpería del pueblo más cercano; llevó unas pieles de yaguareté para vender y tener dinero y así compartir la noche con paisanos.

El sonido del acordeón tocando chamamé envolvía la sala donde los parroquianos olvidados de los problemas diarios bailaban y bebían ginebra.

El polvo levantado por el baile en el suelo de tierra envolvia a todos, todo era bullicio y alegria. Katú no conocia a nadie, por eso primero se ubico en un rinconcito desde donde podia observar bien a los bailarines.

Así, mirando y mirando comenzó a moverse al compás.

En la otra punta de la pulpería vio a una kuñatai – señorita – tranquilamente sentada.
Como coraje no le faltaba, se dirigio a ella….y la invitó a bailar; Ella levantó los ojos, sonrió y dándole la mano se levantó.

Comenzaron a bailar, inmediatamente una eureola los envolvió, sus cuerpos se movian al unísono, primero lentamente para ir avanzando hasta emitir esos bonitos sapucais que acompañan el ritmo del chamamé.

Tan es así que quedaron bailando solos, todos los admiraban: formaban una pareja hermosa.

Si, así tambien lo sintieron ellos dos, por lo cual a partir de esa noche sus corazones se unieron en un largo andar.

Fin del primer capítulo perteneciente a la serie “Cuentos de mi patria con historia”.

El gurí es una de las historias cortas para niños de la escritora Liliana Panetta. Cuento sugerido para adolescentes, jóvenes y adultos.

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