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La cigarra y la hormiga 🐜 Fábulas De Esopo 【 +versión de Félix María Samaniego 】

Por Esopo y Félix María Samaniego. Fábulas para niños con moraleja.

«La cigarra y la hormiga» es un cuento popular cuya versión original se atribuye a Esopo (también publicamos la versión de Félix María Samaniego), que cuenta la historia de una cigarra que cantaba alegremente durante el verano, sin preocuparse por el invierno que se acercaba. Una hormiga trabajadora la vio y le aconsejó que se preparara para el invierno, guardando comida y provisiones. La cigarra, sin hacerle caso, siguió cantando y disfrutando del presente. Es una fábula recomendada para niños en edad escolar. ¿Qué pasó finalmente con la cigarra?

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La cigarra y la hormiga

Fábula de la cigarra y la hormiga de Esopo
La cigarra y la hormiga – basado en la foto de FRA v

Cuando comenzó el verano, la cigarra se puso muy contenta.

Al fin llegó mi estación favorita del año – y comenzó a cantar sin parar.

Pasaron los días y la cigarra continuaba con su canto alegre, mientras se relajaba sentada bajo la sombra de una hoja.

Cómo me gusta el verano, tralaralalá… bajo mi sombra disfruto tralaralalá… –.

Nada hacía que la cigarra se inquietara, ni siquiera el ir y venir de su vecina la hormiga.

Querida vecina, ¿por qué no te sientas un rato conmigo a escuchar mi canto y así descansas un poco?

La hormiga, que llevaba todo el verano trabajando para recoger comida y provisiones para hacer frente al invierno, no entendía que la cigarra estuviera tan relajada.

No puedo quedarme sentada. Pronto llegará el otoño y el frío se nos echará encima. Es importante almacenar ahora toda la comida que pueda, pues cuando acabe el verano ya no habrá nada que recoger. Te aconsejo que dejes de cantar y comiences a trabajar, de lo contrario te quedarás sin alimentos para pasar los meses fríos del invierno y morirás de frío y de hambre.

Dicho esto, la hormiga siguió su con sus labores de recogida de provisiones y la cigarra continuó con su alegre cantar.

Poco a poco, los días se hicieron más fríos y más cortos. Anochecía antes y a la cigarra ya no le apetecía cantar.

Fue entonces cuando la pequeña cantarina se dio cuenta de que había llegado el invierno y ya no podía encontrar alimentos.

El viento y la nieve habían cubierto el campo y ella no tenía ni alimentos, ni refugio preparado. Entonces, recordó que su vecina, la hormiga, debía tener comida suficiente

Al fin y al cabo, lleva todo el verano trabajando. Seguro que tiene un lugar cálido y comida de sobra para las dos –.

La cigarra se fue en busca de la hormiga.

(Toc, toc, toc)

La hormiga abrió ligeramente la puerta, para no dejar que entrase el frío.

La cigarra se asomó por la rendija que dejó y, tiritando de frío dijo:

Buenas tardes señora hormiga. Sería usted tan amable de compartir conmigo su comida. El invierno es muy frío y no queda ningún alimento que recoger –.

La hormiga, bastante enfadada, le dijo:

Ya te lo advertí cigarra. Debiste dejar de cantar y ponerte a trabajar. Yo me pasé todo el verano trabajando para poder sobrevivir al invierno. Además, mi casa es demasiado pequeña y sólo tengo alimentos para mí –y, sin dar más explicaciones, cerró la puerta de su casa.

La cigarra se dio cuenta de que la hormiga tenía razón: había sido tan perezosa que ahora no podría encontrar un refugio y alimentos para pasar el frío invierno.

Moraleja

La moraleja del cuento es que es importante pensar en el futuro y estar preparados para las dificultades que puedan llegar, en lugar de vivir solo en el presente y dejar todo para después. La hormiga es un ejemplo de prudencia, planificación y trabajo duro, mientras que la cigarra representa la pereza y la falta de preocupación por el futuro.

Fin.

La cigarra y la hormiga es una de las clásicas y populares fábulas de Esopo. Literatura y cuentos cortos para niños de todas las edades, en especial en edad escolar. Cuentos con moralejas y enseñanzas para reflexionar en familia.

Sobre Esopo

Esopo - Fabulista Griego

Esopo, el famoso fabulista griego, que según una tradición muy difundida, nació en Frigia, aunque hay quien lo hace originario de Tracia, Samos, Egipto o Sardes.

Sobre Esopo se conoció una gran cantidad de anécdotas e incluso descripciones sobre su físico recogidas en la obra Vida de Esopo, escrita en el siglo XIV por Maximus Planudes, un monje benedictino, si bien es dudosa su validez histórica.

Así, se cuenta que Esopo fue esclavo de un tal Jadmón o Janto de Samos, que le dio la libertad.

Debido a su gran reputación por su talento para el apólogo, Creso le llamó a su corte, le colmó de favores y le envió después a consultar al Oráculo de Delfos, a ofrecer sacrificios en su nombre, y a distribuir recompensas entre los habitantes de aquella ciudad.

Irritado por los fraudes y la codicia de aquel pueblo de sacerdotes, Esopo les dirigió sus sarcasmos y, limitándose a ofrecer a los dioses los sacrificios mandados por Creso, devolvió a este príncipe las riquezas destinadas a los habitantes de Delfos.

Más sobre la vida y obras de Esopo Aquí

La cigarra y la hormiga. Versión de Félix María Samaniego.

Cantando la Cigarra
pasó el verano entero,
sin hacer provisiones
allá para el invierno;

los fríos la obligaron
a guardar el silencio
y a acogerse al abrigo
de su estrecho aposento.

Viose desproveída
del precioso sustento:
sin mosca, sin gusano,
sin trigo, sin centeno.

Habitaba la Hormiga
allí tabique en medio,
y con mil expresiones
de atención y respeto.

Le dijo: «Doña Hormiga,
pues que en vuestro granero
sobran las provisiones
para vuestro alimento,
prestad alguna cosa
con que viva este invierno
esta triste cigarra,
que alegre en otro tiempo,
nunca conoció el daño,
nunca supo temerlo.
No dudéis en prestarme;
que fielmente prometo
pagaros con ganancias,
por el nombre que tengo».

La codiciosa hormiga
respondió con denuedo,
ocultando a la espalda
las llaves del granero:

«¡Yo prestar lo que gano
con un trabajo inmenso!
Dime, pues, holgazana,
¿qué has hecho en el buen tiempo?».

«Yo, dijo la Cigarra,
a todo pasajero
cantaba alegremente,
sin cesar ni un momento».

«¡Hola! ¿conque cantabas
cuando yo andaba al remo?
Pues ahora, que yo como,
baila, pese a tu cuerpo».

Fin

Sobre Félix María Samaniego

Cuentos de Félix María Samaniego

Félix María Samaniego nació de noble familia vasca en Laguardia, en la Rioja Alavesa, el 12 de octubre de 1745. Abandonó los estudios de derecho en Valladolid, y viajó por Francia. Su tío, el Conde de Peñaflorida, fundó la Sociedad Vascongada de Amigos del País, la primera sociedad económica de España; y para los alumnos del seminario que la Sociedad mantenía en Vergara compuso Samaniego, socio también, las Fábulas Morales, su obra más conocida, derivada sobre todo de La Fontaine.

Su vida retirada no le evitó escaramuzas con la Inquisición ni el verse envuelto en polémicas contra Huerta y Tomás de Iriarte. Murió en La Guardia el de agosto de 1801.

Otras fábulas de Esopo y Félix María Samaniego

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