Fábulas infantiles
El oso y las abejas – Fábula Infantil (Esopo)
El oso y las abejas
Cierto día de verano, un oso salió en busca de miel puesto que tenía mucha hambre.
Se encontró con un enjambre y dijo:
- "¡Hola! ¿Me dais un poco de esa rica miel?"
- "¡Nooo!, es nuestra, que la llevamos trabajando todo el año".
El oso, enfadado, cogió un palo y empezó a darle golpes hasta que el enjambre cayó. Las abejas, rabiosas, salieron y empezaron a picotearle.
El oso se puso a correr en busca de un río y al llegar se salvo sumergiéndose en el agua.
Moraleja
Es más sabio superar una ofensa o lesión en silencio.
Fin.
Sobre Esopo
Esopo, el famoso fabulista griego, que según una tradición muy difundida, nació en Frigia, aunque hay quien lo hace originario de Tracia, Samos, Egipto o Sardes.
Sobre Esopo se conoció una gran cantidad de anécdotas e incluso descripciones sobre su físico recogidas en la obra Vida de Esopo, escrita en el siglo XIV por Maximus Planudes, un monje benedictino, si bien es dudosa su validez histórica.
Así, se cuenta que Esopo fue esclavo de un tal Jadmón o Janto de Samos, que le dio la libertad.
Debido a su gran reputación por su talento para el apólogo, Creso le llamó a su corte, le colmó de favores y le envió después a consultar al Oráculo de Delfos, a ofrecer sacrificios en su nombre, y a distribuir recompensas entre los habitantes de aquella ciudad.
Irritado por los fraudes y la codicia de aquel pueblo de sacerdotes, Esopo les dirigió sus sarcasmos y, limitándose a ofrecer a los dioses los sacrificios mandados por Creso, devolvió a este príncipe las riquezas destinadas a los habitantes de Delfos.
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