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Día de la Conciencia Ambiental en Argentina – 27 de septiembre

27 de Septiembre: Día Nacional de la Conciencia Ambiental.

Hace dieciséis años, por medio de la Ley N° 24.604, se eligió en la República Argentina un día particular para fomentar la toma de conciencia sobre las diferentes problemáticas ambientales y las graves consecuencias que conllevan para el desarrollo de nuestra sociedad.

Lamentablemente, la iniciativa nace a raíz un trágico escape de gas cianhídrico en la localidad de Avellaneda, en el año 1993, que provocó el fallecimiento de siete personas.

Si bien el objetivo de la ley es clave para fomentar políticas con un mayor perfil socio-ambiental, el punto de partida de las mismas es por lo menos cuestionable, siendo esta una clara demostración de la manera en está siendo conducido el desarrollo de políticas ambientales durante, por lo menos, los últimos veinte años.

Debemos romper con ese círculo vicioso de actuar, preocuparse, interesarse y valorar las cuestiones ambientales, y sus consecuencias sociales, sólo cuando ya es demasiado tarde.

Debemos asumir una actitud previsora, integral y activa, que nos permita estar organizados cuando alguna situación inesperada o sorpresiva lo amerite, pero fundamentalmente, para avanzar a paso firme y constante sobre las cuestiones de manera permanente, anticipándonos a los problemas, impidiendo que se repita la historia de avanzar sobre ellos cuando los sectores más vulnerables se ya encuentran altamente afectados.

Para lograrlo es necesario contar con la sensibilidad, conciencia, responsabilidad, compromiso y decisión de cada sector de nuestra sociedad.

Muchas personas utilizan la palabra “sinergia” para describir este tipo decisiones, pero más allá de una palabra que aparenta mucha intelectualidad, es en esencia el trabajo coordinado entre diversos actores de distintas disciplinas y sectores sociales, con un objetivo común: mejorar la calidad de vida en el presente y asegurar los recursos para el desarrollo de las futuras generaciones.

Cuando hablamos de Conciencia Ambiental debemos tener en cuenta que estamos hablando de algo más que solo el medio ambiente, o de temas mal denominados “ecológicos”.

El ambiente es el contexto en el cual nos desarrollamos, incluyendo todo el sistema social en el que estamos, aún cuando sea un ambiente artificial (no natural). Asumir una Conciencia Ambiental, puede interpretarse como el entendimiento de las consecuencias de nuestras acciones.

Consecuencias que se ramifican en factores ambientales, sociales, culturales y económicos. Por ejemplo, derrochar agua se asocia directamente a una cuestión ambiental, pero los factores socio-económicos son poco considerados, aún sabiendo que miles de personas deben recorrer cientos de kilómetros para acceder a alguna fuente de agua, que gran parte de la población no tiene acceso a redes de agua potable y que la disminución de las reservas de agua potable implican un fuerte cambio en el sistema socio-cultural, elevando los costos de vida y alimentación, produciendo movimientos migratorios, etc.

La actualidad africana está pasando desapercibida por muchos de los medios de comunicación del mundo. Es verdad que existen algunos informes aislados, pero el foco de atención está desplazado hacia otros temas más rentables. Lo que está sucediendo en el Cuerno Africano debería ser un punto de partida para un profundo debate y toma de conciencia a nivel mundial.

Según datos oficiales de las Naciones Unidas, los países de Somalia, Etiopía, Yibuti y Kenia están siendo afectadas por la sequía más fuerte de los últimos sesenta años. La falta de acceso al agua, los suelos degradados, la escasez de alimentos y los conflictos sociales (en Somalía existe un importante conflicto armado) han provocado el éxodo de más de 10 millones de personas. Los escasos alimentos de la región han sufrido un aumento considerable de precios, excluyendo de su acceso a la mayoría de los ciudadanos de los países mencionados.

El cuerpo de voluntarios de las Naciones Unidas para situaciones de riesgo se encuentra trabajando a su máxima capacidad, sin embargo, se ven superados por la enorme cantidad de exiliados. Si pensamos que nos encontramos lejos de presenciar este tipo de circunstancias en nuestro país, nos equivocamos.

Como hemos mencionado en reiteradas oportunidades, el 75% de los suelos de nuestro país corresponden a zonas proclives a la desertificación. Las prácticas agrónomas más difundidas entre los grandes productores, suelen ser las más agresivas para los suelos, especialmente para las zonas áridas y semiáridas, pero aún las tierras de zonas húmedas corren peligro de degradación si no se aplican un manejo sustentable de los recursos.

Durante los últimos diez años, muchas regiones de nuestro país han sufrido sequías anormalmente extensas. Las ciudades más importantes del país se encuentran sobrepobladas, y su tendencia de crecimiento demuestra exponenciales incrementos para los próximos años.

El Cuerno Africano necesita ayuda inmediata y en inmensas proporciones. El resto de los países tenemos la oportunidad de definir hoy como enfrentaremos los próximos diez años, en los que se definirán importantes aspectos de nuestro desarrollo social, cultural, económico y ambiental, como la seguridad y soberanía alimentaria, la seguridad hídrica y el saneamiento de las grandes urbes.

Para solicitar mayor información:

Fundación Agreste – [email protected]

TEL./Fax: +54-11-4952-8843

www.agreste.org

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