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Planeta azul. Recurso educativo sobre el cuidado del medio ambiente.

Planeta azul - Educación ambiental
Imagen de coastventures

En el universo infinito, en la sombra que da el sol… ahí, esta la nave espacial más hermosa
Que lleva como viajeros una amorosa humanidad, viajan en giros, movimientos claros y  seguros, como aquel bebe en el vientre materno acunado para su aprendizaje amoroso;

Donde los murmullos son cantos armoniosos de una fuerza redentora de acordes perfectos
Para oídos de amor y paz. Arrullados y mecidos con fondo celeste en espera de una pronta Evolución.

¡Ay! Hermoso planeta azul, armonía de arco iris, de vientos que viajan en ondas que cantan en Coros.
Armonía y áurea dulce, donde los árboles florecen y esa pequeña nave llamada tierra vibra con
el combustible más hermoso llamado humanidad.

Fin.

¿Cómo cuidar nuestro planeta? Para mantener nuestro Planeta Azul.

La educación ambiental.

Cuba 

¿Cómo ayudar a educar sobre el cuidado de nuestro medio ambiente?

Existen infinitas formas de contribuir en la sociedad a la educación de todos para conservar o restablecer el medio ambiente. La primera acción sería no contaminarlo o ensuciarlo de forma alguna.

En realidad la Educación Ambiental es universal y prepara a las personas para relacionarse en armonía con su entorno, no obstante para la mejor preservación y conservación de la naturaleza, es necesario entender y aprender su funcionamiento, sus leyes y regularidades, sus interacciones. Comprender que lo que pase en la tierra, o en la atmósfera o en el medio acuático puede afectar a los otros por las múltiples interacciones que hay entre todos.

En este proceso formativo, individual y grupal, abarcador de toda la sociedad, debe lograrse una aptitud y actitud para desarrollar una ética coherente con el entorno. Valores tales como el respeto, el afecto, la admiración, la humildad en vez de la arrogancia, deben conformar la moral del hombre ante la naturaleza no humana, deben formar parte de su cultura.

Es necesaria la educación permanente de los niños y jóvenes, pues son los futuros hombres y mujeres del mañana, pero es importante educar a los padres hoy, pues en sus manos está la emergente necesidad de conservar las oportunidades actuales para que los niños alcancen un mañana donde puedan ser educados. Los padres tienen una enorme responsabilidad en la educación de sus hijos, la cual es complementada por los maestros y el resto de la sociedad. Los padres deben ser educados para que eduquen a sus hijos.

Las medidas por la conservación de la naturaleza no son nuevas, existen acciones aisladas desde antes de nuestra era, aunque no es hasta 1872, con la aprobación por el Congreso de Estados Unidos como parque público de los hermosos paisajes terrestres y acuáticos de Yelowstone, que surge un movimiento mundial dirigido a la creación de parques nacionales.

Sin embargo, es a partir de la década del 60 del pasado siglo donde se produce el debate mundial más intenso sobre la necesidad de revertir la alarmante tendencia degradante del medio ambiente. Ocurre una especie de despertar de la conciencia internacional cuando a partir de investigaciones, los científicos y personas preocupadas por el tema, muestran evidencias irrefutables de la grave situación ambiental.

El origen de este problema social se remonta a los siglos XVI y XVII con la acumulación de un conjunto de transformaciones y modificaciones económicas, que desembocaron más tarde en la Revolución Industrial, con la invención en Inglaterra, alrededor de 1770, de la máquina de vapor, del telar mecánico y otro grupo de invenciones y aplicaciones. Ello conllevó también al incremento cada vez mayor de grandes concentraciones de población en los centros urbanos, que a su vez demandaban de un uso creciente de energía de nuevo tipo, como el carbón mineral y posteriormente el petróleo, incrementando a su vez desechos de toda clase. Es conocida la situación actual; aceleración del cambio climático global y el calentamiento de la atmósfera, disminución de la concentración de ozono en la estratósfera, y en general la contaminación de la atmósfera, la tierra y las aguas.

Entonces… ¿Qué se puede hacer para proteger el ambiente?

¡Mucho! Existen infinidad de ejemplos de lo que puede hacerse a favor de la educación ambiental. En primer lugar el apoyo y la estimulación a los deseos de cientos de personas dentro de cada comunidad, dispuestas a entregar parte de su tiempo por mejorar el medio ambiente con que se relacionan y, cuya sabiduría y estado de ánimo, son envidiables.

A continuación se muestran a manera de ejemplo algunas de las acciones que pueden realizarse y de hecho en no pocos lugares ya se efectúan.

• saneamiento de las costas, playas y zonas interiores urbanas o rurales recogiendo los materiales no pertenecientes al ambiente natural.
• eliminación de microvertedero, donde parte de las sustancias van a parar al manto freático a través de la infiltración del agua de lluvia, o pasan directamente al mar por el escurrimiento superficial.
• Crear agrupaciones por el cuidado del medio ambiente, que como los grupos Arco iris comunitarios desarrollados por el Centro Provincial de Patrimonio Cultural de Ciudad de La Habana a través de la red de museos municipales y especializados, estudian y aprenden sobre las relaciones que existen en la naturaleza para cuidarla mejor y realizan acciones de conservación.
• Desarrollar los llamados Mapas Verdes en el vecindario para señalar los valores culturales y naturales importantes para la comunidad y particularmente lo que pudiera afectar al medio ambiente.
• Realizar concursos de diferente tipo donde se plasme la defensa de la naturaleza y se reconozcan las mejores ideas, o las mejores obras artísticas o científicas, así como cualquiera de las otras manifestaciones del que hacer humano.
• Ejecutar estudios sobre la flora y la fauna costeras. Existen infinidad de posibilidades que van desde la identificación in situ de especies, hasta estudios de la conducta de esos organismos. Observar qué mecanismos de defensa emplean para protegerse ante la exposición al sol, la resequedad, el exceso de lluvia, etc. No se recomienda la colecta de los organismos vivos, pues se desconoce sobre la biología y la ecología de cada población animal o vegetal y sin quererlo se pudiera estar contribuyendo a la pérdida de diversidad biológica.
• Estudios sobre las poblaciones, cuantificando el número de individuos por área y ver si existe variación con el paso de los días o con el cambio de iluminación, o en las diferentes épocas del año, entre otros.
• Observar la diferencia que existe en la composición de las comunidades vegetales o animales por las diferentes zonas, que grupos de especies están debajo del agua, cuáles no, cuáles parcialmente, si estamos cerca de un río, lago, de un embalse o del mar y así infinitas posibilidades de aprender haciendo, que es una buena forma de conocer mejor las leyes de la naturaleza para aplicar adecuadamente.

En la obra de Martí hay innumerables referencias a la necesidad del conocimiento y la armonía con la naturaleza, como cuando decía: “La felicidad de los hombres y de los pueblos, está ?…? en el conocimiento de la naturaleza”; o cuando destacaba los trabajos de insignes científicos cubanos: “Ya ha salvado los mares la noticia del libro monumental que se prepara a presentar el naturalista cubano Felipe Poey. No hay periódico de Europa que no alabe afectuosamente al sabio ictiólogo” o cuando nos educaba (como el pequeño Meñique) en el valor de la audacia y, de vencer obstáculos: ¡Sea la fortuna favorable a los denodados exploradores: bien merecen los hijos de Marco Polo que el mar agradecido les revele sus secretos: bien merecen los pueblos trabajadores las recompensas de la fama y el provecho que sigue al trabajo…! o en la integralidad y magnífico enfoque holista que encontraba en la naturaleza: “Donde yo encuentro poesía mayor es en los libros de ciencia, en la vida del mundo, en el orden del mundo, en el fondo del mar, en la verdad y música del árbol, y su fuerza y amores, en lo alto del cielo, con sus familias de estrellas, y en la unidad del universo, que encierra tantas cosas diferentes, y es todo uno, y reposa en la luz de la noche el trabajo productivo del día.”

Ese ideal o paradigma en cuanto a la defensa de nuestro patrimonio natural, no debe, no puede ser otro que velar por la calidad de su medio ambiente, que implica; desde no agredirlo personalmente arrojando desechos, como latas, plásticos, aguas sucias domesticas, grasas de vehículos, y tantos… como si el mar, ríos, presas o lagos fueran el gran basurero de un vecino que nos es indiferente lo que le pase, hasta contribuir a evitar los daños globales que provoca toda la actividad humana ¿desarrollada y civilizada? .

¿Cuál debe ser el criterio de progreso o de bienestar? Sin dudas no puede ser el que predomina actualmente. Ese no puede ser el futuro del Planeta Azul, y USTED y entre todos debemos y podemos impedirlo.

Le sugerimos reflexionen sobre lo que le escribió el jefe indio Noah Sealth al presidente norteamericano en 1854:

No existe un lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco, ni hay sitio donde escuchar cómo se abren las hojas de los árboles en primavera ?…? Nosotros preferimos el suave susurro del viento sobre la superficie de un estanque, así como el olor de ese mismo viento purificado por la lluvia del mediodía o perfumado con aromas de pinos. El aire tiene un valor inestimable para el piel roja, ya que todos los seres comparten un mismo aliento – la bestia, el árbol, el hombre, todos respiramos el mismo aire. 

Por: Juan Páez Costa

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