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Los anfibios, una especie amenazada por el calentamiento global

México 

Sobrevivieron a extinciones masivas desde los dinosaurios. Hoy son amos de humedales, pantanos, montañas, zonas áridas y tropicales. En el mundo existen 6 mil especies de anfibios.

En México se distribuyen en todo el territorio. Nuestro país es el quinto lugar con más variedades, 363, de las cuales 60% son endémicas, es decir, sólo se encuentran aquí. Sin embargo, en los tiempos del cambio climático y la contaminación, más de la mitad están en peligro de desaparecer.

“Me quedo corta si digo que un 60%, un 70% de las especies de anfibios se pueden extinguir, si las cosas no cambian”, comentó Gabriela Parra, investigadora del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“Esta crisis muy grave se ha considerado por algunas personas, la más masiva y quizá la más grande desde la desaparición de los dinosaurios”, dijo Amy Camachom directora de Africam Safari.

En 1989, se descubrió que los anfibios experimentaban pérdidas masivas de poblaciones, situación que prevalece a la fecha.

“El número de individuos que los investigadores encontraban en los 70 era altísimo, se encontraban cientos de salamandras en un solo día, y nosotros vamos y encontramos dos si hay suerte”, expresó Gabriela Parra.

En 20 años se han extinguido 168 especies, cinco eran salamandras que habitaban en México. Esto motivó esfuerzos para su rescate. En 2007, la Unión Mundial para la Conservación declaró al 2008 como Año Internacional de la Rana o de los Anfibios.

El propósito fue crear grupos internacionales en diversos frentes: el primero se enfoca en la investigación, toda vez que se conoce poco de los anfibios y sus nuevas enfermedades; otro se encarga de difusión para sensibilizar sobre el problema; y uno más se dedica a la conservación.

Para esto se creó el Arca de los Anfibios, en la que participan zoológicos, acuarios y centros de educación ambiental, que se comprometen a resguardar en cautiverio ejemplares amenazados.

“Es un mal necesario, ojalá no existiera la necesidad, pero lo vemos venir, está sucediendo en México, ha sucedido en países vecinos”, manifestó Frank Carlos Camacho, de la Asociación de Zoológicos, Acuarios y Criaderos de México.

Los anfibios experimentan dos fases durante su vida. La primera es acuática; al nacer se les llama por lo general ajolotes, y poseen sólo cabeza, tronco y un flagelo; después desarrollan cuatro extremidades. En su segunda fase, sobreviven en ambientes terrestres. En esta etapa, ranas y sapos pierden la cola.

Al respirar por la piel, los anfibios son susceptibles a la contaminación y los cambios de temperatura. Esta es la razón de su creciente mortalidad.

“Todo tipo de contaminantes, desde metales pesados, insecticidas, etcétera, que son utilizados generosamente y sin mucho cuidado, y esto progresivamente ha deteriorado la calidad del agua”, indicó José Trigo Tavera, director de la Facultad de Medicina, Veterinaria y Zootecnia de la UNAM.

En Xochimilco se aprecia este drama. Ellos pertenecen a la especie de ajolotes. En la época prehispánica eran venerados por los pueblos de la cuenca de México, pues consideraban al ajolote hermano gemelo de Quetzalcoátl.

A siglos de distancia, la contaminación de los canales de Xochimilco ha llevado a este antiguo miembro de la realeza al exilio. En centros de investigación espera a que su hábitat se limpie para regresar a casa.

“Por el mismo problema ambiental que hay en la zona, no se puede pensar en una reintroducción del animalito si no está saneado su lugar, su hábitat”, afirmó Yasmín Castillo, del Centro de Educación Ambiental Acuexcómatl de Xochimilco.

En el país, son pocos los sitios donde están a salvo los anfibios.

“En áreas protegidas, los anfibios tienen una especie de oasis de conservación, pero las áreas naturales no son suficientes para conservar a los anfibios”, agregó Ernesto Enkerlin Hoeflich, de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas.

Los anfibios están en peligro, pese a sus beneficios. Por ejemplo, controlan la expansión de insectos y plagas. En el terreno médico, podrían ayudar a entender cómo regenerar tejidos, ya que son capaces de reconstituir partes enteras de su cuerpo cuando las pierden. Es el caso de este ajolote al que le está creciendo una nueva extremidad.

“Una rana que vive en Ecuador, que su veneno es 200 veces más potente que la morfina, entonces se usa en casos médicos y en investigaciones médicas”, concluyó Gabriela Parra.

Preservar a los anfibios es un reto para los próximos años. De no mitigarse la contaminación y los efectos del calentamiento global, la humanidad podría cargar con la responsabilidad de la extinción de estos viscosos animales.

Fuente: Once Noticias

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