Saltar al contenido

La Montaña Rusa

La Montaña Rusa. Santiago Llera, escritor. Cuento para padres.

El observaba atentamente su mirada, mientras caminaban juntos en la noche sin rumbo alguno. Hacía un cruento frío de invierno, indudablemente era la primera vez que la había visto en su vida, pero tras pasar un rato conversando tenía esa extraña sensación que la conocía desde hace mucho tiempo.

-Mira entremos en este bar, me gusta mucho- dice ella, y él entre risas le responde:

-Creo qie mejor no seguimos bebiendo

-Es sólo sidra… Risas, cuentos sobre sus vidas, un poco de formalismo dialéctico unido a algunas miradas profundas que acabaron en caricias, que más tarde se convirtieron en besos.

¿Cómo apagar el fuego del amor cuando empieza que es precisamente cuando más fuerza tiene? El la acompañó hasta su casa porque era tarde…

¿Si dos personas se dicen te quiero en la primera cita?:

_Están locos

_Están borrachos

No volvieron a verse hasta 3 días después, noche de San Valentín y mientras cenaban juntos ella intentaba convencerlo y a sí misma que él le haría como todos, al final se iría y volvería a sufrir…

-Yo creo que me dejarás en mmm mes y medio- y lo mira fijamente

-Sabes, estoy cansado de ver esa mirada- le dice él- no quiero volver a sentir el odio que expresan los ojos de una mujer decepcionada. Te prometo que si esto que tenemos se acaba no será por mi. A partir de ese día, él solo tenía ojos para ella, ya no importaba nadie más en el mundo.

Mensajitos al móvil, videitos en el muro de su Facebook mas los etcéteras… Algún tiempo después: Ella llevaba todo el fin de semana sin salir de su cama cuando él llegó. Actuando tan estúpidamente gracioso como acostumbraba, por ser un chico molestamente siempre feliz, la mira y dice:

-¿Qué pasa cielo, por qué esa cara?-aún con una sonrisa

-Es que soy como una montaña rusa, a veces estoy arriba y todo está bien, pero cuando estoy abajo, la paso fatal.

-¡Que dices! A todo el mundo le gustan las montañas rusas- y comienza a reírse. Calmada la tensión le explica, que muchas veces pierde los deseos de vivir y con ellos la capacidad de querer. Que nada tiene sentido y le provoca un fuerte dolor para el cual solo ve como remedio la muerte.

Asombrado y un tanto curioso, se interesa por conocer más a fondo esos sentimientos tan oscuramente profundos que ella sentía. Son tan nuevos para él que rápidamente se contagia y sería la primera vez que entendiera como la tristeza profunda se puede apoderar de tus deseos de vivir y acariciarla intensamente con tus pensamientos. -No te preocupes si no me puedes querer- le dice él- tendrás mi amor siempre, nunca te pediré nada a cambio.

-¿Pero eso es lindo no?

-Bueno, no cielo, lindo es cuando dos personas se quieren mutuamente. Entonces ella comienza a llorar otra vez y esa noche le pidió que la dejara sola.

Pasó una semana y él le siguió escribiendo mensajes e intentando hablarle; respuesta igual 0 Ahí! y justamente cuando ya había decidido olvidarla, que ya su mente no invocaba constantemente su nombre, recibe una llamada sorpresa. (Ring!!)

Ella le contaba que había estado ausente del mundo, se había intentado suicidar tomándose muchas muchas pastillas con alcohol y cortándose inútilmente las venas.

¿Qué osas pueden pasar por la mente de alguien que a los 23 años de edad decide quitarse la vida? A él no le sorprende en absoluto porque sabe la respuesta a esa pregunta; se necesita el infinito!, el abismo de agonías y la intensidad de sentimientos que es lo único capaz de de hacernos fantasear con la muerte.

Deciden volver a verse pero nada sale según lo previsto, a pesar que hace tiempo no se ven, ella no se muestra especialmente entusiasmada. Si es que casi parece que no volverlo a ver nunca más le diera igual, tal vez haya perdido la capacidad de amar o tal vez nunca la tuvo.

Esto sin duda alguna es lo más triste que le pueda suceder a un ser humano, incluso más que ver marcas de cortadas en los brazos de un ser querido.

Es momento de actuar no se puede seguir así toda la vida, él la mira fijamente y le dice:

-ejem..Te quiero -(ella silencio) -¿Lo sabes?

-Creo que si -CREO que si (duda) nunca nada concreto… Si es que a veces se nos pasa la vida en frente y si uno no toma sus riendas (un suspiro) se nos escapa…

-Chao -le dice él, y se va de su casa En la calle otro suspiro, una mirada triste, un corazón roto y le vibra el bolsillo…un nuevo mensaje al móvil:

-Lo siento muchísimo : Respuesta SMS directa desde el corazón:

-ya no te kiero

Y no volvieron a verse jamás…

Fin

Califica esta entrada

Por favor, ¡Comparte!



Por favor, deja algunos comentarios

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Recibe nuevo contenido en tu E-mail

Ingrese su dirección de correo electrónico para recibir nuestro nuevo contenido en su casilla de e-mail.



Descubre más desde EnCuentos

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo